Poco más de 30 días duró el periplo del almeriense al frente de un Córdoba al que ya llegó torcido por el cásting al que le sometió el club. Los problemas con el límite salarial no hicieron sino acrecentar la desconfianza del entrenador hacia la entidad y que transmitió a los jugadores, lo que terminó en una puerta abierta cuando expresó su deseo de presentar la dimisión.