Los herederos de una facción quieren escribir su propia historia. No es solo nueva interpretación, es el contrapelo de la historia real de una reordenación urbana.

Véase el caso de don José Cruz Conde, quien fue alcalde de nuestra ciudad en los mediados años de los veinte del siglo pasado. Fue protagonista de la reordenación urbana desde Tendillas a Ronda de los Tejares. Eliminar su nombre del callejero pretende ser juicio ético de su comportamiento aunque de hecho es para los revisionistas pudor formalmente estético. Es acabar con una historia real que no podrá ser cambiada. Poner al vencido en lugar del vencedor y para ello se borra su nombre de la calle que regresa veinte siglos con el nombre de Foro Romano aunque sin conocer a cuál de los dos foros se refiere.

Esta operación genera dolor en los familiares de Cruz Conde y felicidad en los defensores de la Historia Universal al recordar la Córdoba que renació de la destruida por Cesar. Han querido eliminar la «miseria» que supuso la modernización del centro de Córdoba y situar allí la «grandeza» de Roma. La historia necesita eliminar el protagonismo del vencedor. Es el sinsentido de la felicidad que Cordoba entera vive con esta denominación.

La grandeza de José Cruz Conde saldrá bien librada del dolor de quienes en su ignorancia no podrán despojarnos de la estética que representó aquella excelente urbanización. Siempre se dirá que «Foro Romano» lo diseñó don José Cruz Conde. Una voluntaria ética no podrá negarle ese prestigio.