Podría dibujar palomas grises flotando sobre un cielo derretido, o estrellas derrumbadas sobre un bosque de asfalto y hormigón. El mundo es triste. Cuando dos locos de atar, que simbolizan la intransigencia y la estúpida soberbia, tensan la cuerda jugando a soldaditos con misiles, la paz es un melón picoteado por las avispas. Ahora, en estos días, hay poco hueco para la esperanza, y sin embargo aún queda la poesía como un pequeño oasis en un desierto cuajado de mentiras y egoísmos. Poemas para dispararle al hambre, al paro, al odio, a la guerra y la injusticia. En la ciudad que habito, este lugar que ahora reclaman aquellos que a diario quiebran la convivencia y la armonía segando vidas de almas inocentes, los versos se abrirán como jazmines para decirle al mundo que es posible la paz, el entendimiento y la concordia, tendiendo puentes y manos universales a todas las culturas de la Tierra.

La religión que abrazo es el amor. No hay más verdad que aquella que transpira el corazón sencillo de los débiles. Paseo por la ciudad de los Califas sintiendo el resplandor de los jardines, la luz azafranada de los patios, los cálidos murmullos del gran río Guadalquivir cuajado de arboledas, de pájaros que entre las sombras fluyen como ligeros dardos diamantinos sembrando la armonía en el entorno, una serenidad que me conmueve y me hace más humano y más sencillo. Esta es la Córdoba abierta, universal, la ciudad más poética del mundo. De aquí a unos días abrirá su festival Cosmopoética (celebración del verbo, el equilibrio, el respeto y la armonía) a todos los poetas del planeta sin distinguir razas ni naciones, utilizando la pluralidad para abrazar voces diferentes, algunas disidentes, otras no tanto. Se mezclarán los versos campesinos con los poemas urbanos, los eróticos con los sagrados, los herméticos y más fríos con los impregnados de hondura y emoción. En todos ellos flotará el espíritu de la poesía que une y no desgarra, la lírica que brota del misterio y entra en el corazón con el sigilo de los amaneceres del otoño, cuando más limpio y puro se abre el cielo.

Cosmopoética se abre en este mes. Son ya catorce ediciones de una muestra por la que han desfilado los poetas más álgidos y notables de este mundo: Seamus Heaney, Herta Müller, Derek Walcott, Zagajewski, Charles Simic, Gamoneda… La lista se nos hace interminable, ya que a estos nombres de internacional prestigio, se unen otros de relieve nacional, y regional, dueños de obras poéticas enjundiosas que abren su voz al mundo en estos días felices y cristalinos de septiembre, alargando sus versos al mes de octubre, aglutinando la luz de esta ciudad universal, celeste y prodigiosa, símbolo eterno de la unión y la concordia entre las razas que por aquí pasaron: romanos, árabes, cristianos y judíos. Hoy, cuando hace falta tanto amor, tanto respeto, tanta tolerancia para que se armonicen las culturas y los países compartan diferencias y se abracen en paz unos con otros, esta ciudad que habito es un modelo de apertura y concordia universal. Y aunque no hay sitio para los soñadores en un país que abraza la mentira y, muy a menudo, premia a los corruptos, a los ineptos insensibles y a los trepas, hoy quiero dibujar versos lumínicos. Al Poder no le agrada la poesía, y eso lo vemos a diario en nuestro entorno. Este es un país insensible a la cultura. No obstante, esta ciudad, Córdoba enjuta, celeste y bella como ninguna otra, en estos días próximos abrirá su corazón de luna al universo, proclamando el amor y la razón, el equilibrio, el misterio y la armonía de la poesía ante la sinrazón de un mundo estéril, cerrado a la cordura, manipulado ahora por dos tipos que juegan a soldaditos con misiles. Podría por ello pintar palomas grises flotando sobre un cielo calcinado, bosques de asfalto y selvas de hormigón segados por los dedos del uranio; pero no quiero ser catastrofista. Salgo a la calle y paseo junto al río Guadalquivir este amanecer violeta y veo nacer el mundo y elevarse la luz del día sobre la Mezquita, eterno símbolo de la pluralidad, de la armonía, el respeto y la Cultura. La religión que abrazo es el amor, ese que fluye, y fluirá, como aire puro entre los versos cálidos, celestes, que en pocos días inundarán el cielo, la luz oxigenada de los parques, las calles y plazoletas amanecidas de esta ciudad abierta como pocas a cualquier raza, cultura o pensamiento, en la que la poesía es eternidad.H

* Escritor