Ahora, al fin, ya se ven a los líderes populistas, ultra demagogos y neo leninistas, muy ufanos, maqueados, enchaquetados y peripuestos, abandonado su desmadejado aspecto anterior, encasquetarse los añejos y manoseados vellocinos para aparentar ser miembros corrientes y molientes de un partido como otros de tantos, de los que, según sus ucases, forman parte de la casta; y ellos, para la ocasión, también constitucionalistas, por supuesto.

Y encantados de haberse conocido pues ya son casta; y así en algunos ámbitos autonómicos no se les atraganta recitar la letanía con la que obligatoriamente se promete, pues juramentar sería excesivo, el cumplimiento de lo ordenado por la Carta Magna y demás legislación local al respecto que se tercie; guardándose, nunca al parecer, de no enseñar, a ser posible, ni pata ni parte de nada extraño o animal, aunque para esa tropa eso haya caducado como símbolo adverso.

Por lo tanto dejan en evidencia lo que hondamente les incentivaba a los capitanes de esa mesnada, y ni qué decir tiene a sus generales o a su máster y generalísimo. Nada nuevo como lo son las dentelladas al pastel del presupuesto del Estado. Más de una boca se ha silenciado dándole qué masticar y más de un estómago ha quedado, al menos por lo pronto, satisfecho de lo engullido cada día. Pero estos quieren mucho más. No se conforman con pellizcos al bizcocho ni llevarse la nata en la punta de los dedos.

Y maquinan para conseguirlo porque hay gentes que se dejan engatusar, ya sea por ignorancia, hartazón de las consecuencias de la crisis, odio, resentimiento, o porque aspiran a sacar tajada o un pedazo de la tarta. En la melé caben tantos, y son muchos, como los que quieran empujar. Pero no todos son iguales. Y tal que sucede en el cuento del flautista de Hamelín, lo que llama la atención del sociólogo, se han dejado seducir por el magno demagogo, encantador de serpientes y generalísimo de la cosa que, además, abduce al que ostenta el cargo de mandarín de la otra gran parte de la casta, la escorada a babor, proponiéndole la gloria tras el abrazo del oso.

* Doctor Ingeniero Agrónomo.

Licenciado en Derecho