En los últimos años hemos asistido a un avance muy importante en la reivindicación de las buenas prácticas empresariales y la defensa de los derechos de los ciudadanos, precisamente por el trabajo desarrollado por asociaciones de consumidores que nacieron de la nada y que con el esfuerzo de unos pocos son piezas muy importantes para regular el mercado, sin que ello colisione con las administraciones públicas, ni con las asociaciones de empresarios.

Trabajar por y para el consumidor en colaboración con la Administracion y los empresarios es cerrar el círculo de la excelencia y la calidad en beneficio de una sociedad más avanzada y unas mejores prácticas en cualquier sector empresarial del que se trate. Baste citar el trabajo desarrollado desde que nacieron por asociaciones como OCU que, por ejemplo, volvió a refrendar lo que muchos creen: que no siempre lo más caro es lo mejor. Como ocurriera hace unos años, tras los estudios especializados y objetivos seleccionó como la mejor crema antiarrugas en relación calidad-precio a una cuyo precio no llega ni a cinco euros: concretamente, costaba solo 2,99. O su reciente éxito en su batalla contra Vodafone lo que demuestra que estas asociaciones reportan beneficios a muchos ciudadanos. ¿Qué hubiera sido de nosotros si Adicae, nacida en defensa de los Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas, Productos Financieros y Seguros no hubiera librado la batalla contra las cláusulas suelo?

Ayer se presentó en Córdoba una nueva asociación, Consujoya, nacida hace meses en defensa de los consumidores y usuarios en el sector de la joyería, las personas que demandan la excelencia en estos productos. Y se presenta en una ciudad en donde hablar de joyería es hablar de calidad y buenas prácticas. Un mercado como el actual competitivo y repleto de marcas, de materiales, de diseños que son susceptibles de imitación o plagio, de productos procedentes de mercados asiáticos de ínfima calidad, etc, puede crear mucha confusión en los consumidores y usuarios y hasta graves vulneraciones de sus derechos. Con esta firme vocación nació Consujoya y tendrá su sede en Córdoba para cerrar el círculo del sector de la joyería.

Mi gran amigo y mejor persona, joyero de nacimiento y conocedor del mercado, Rafael Valenzuela ha dado el salto para pilotar este proyecto pensado para el ciudadano; para colaborar con las empresas que creen en la excelencia; dar a los asociados ofertas; apostar por la sostenibilidad y colaborar con los organismos públicos en cualquier propuesta que sea favorable para regular más y mejor el mercado. Bienvenida a Córdoba.

* Abogada