El pasado domingo, hasta la madrugada del lunes, estuvimos viendo en diversos canales televisivos el triple desarrollo electoral. Lo que más nos llamó la atención es que todos los comentaristas coincidían repetidamente en que el PP había paliado su nueva derrota con el éxito municipal y autonómico de Madrid. Apreciación a la que se sumaba que Ciudadanos había fracasado con estrépito al no sobrepasar a los conservadores en ningún municipio, autonomía ni, por supuesto, en Europa.

Nosotros no estamos de acuerdo ni con lo uno ni con lo otro. Pero lo que nos pareció más erróneo fue asegurar que Ciudadanos, al perder votos, había menguado su influencia, cuando estábamos contemplando que, a causa de la aritmética electoral, y casi seguro sin sospecharlo, se había convertido en el árbitro de la política española si juega sus cartas con inteligencia en los lugares que lo necesitan. Decimos con inteligencia porque puede dilapidar las posibilidades, e irse tan a pique como el Titánic, si reincide en hacer pactos de perdedores a la andaluza.

Sin embargo, tiene en sus manos, tal vez por un azar beneficioso, decidir en muchos aspectos de la política española, y corroborar con hechos que es un partido centrista --cosa que muchos han dudado--, en línea con sus socios liberales de Europa. Para ello, bastará con declarar, sin dejar espacio para lo equívoco, que no quieren componendas oscuras ni cambio de cromos, sino atenerse al siguiente principio: Apoyaremos las investiduras nacional, autonómica o municipal de la lista más votada, siempre que no sea ni de extrema derecha ni de extrema izquierda.

Un apoyo que, en principio, no necesita, indispensablemente, un pacto de gobierno o un gobierno de coalición, porque Ciudadanos siempre conservaría la posibilidad de influir en las decisiones oponiéndose a aquellas que estén en contra de las líneas maestras de sus ideas programáticas.No conocemos qué camino tomarán pero Ciudadanos ha adquirido, por mor de la fragmentación existente, un plus de importancia, que tal vez nunca soñó, muy lejos de autoproclamarse jefe de la oposición en el Parlamento nacional, Equivocada actitud poco realista que el domingo pudo haberle restado sufragios.

* Escritor