No había consejo más reiterado por los añorados maestros de los afanosos aprendices de historiador de medio siglo atrás, imantados por el cultivo de su dimensión contemporaneísta: «¡Desconfiad de las Memorias y Autobiografías...!». Admonición tan sabia y oportuna en tiempos en que el género memoriográfico no revestía el carácter de plaga ofrecido hodierno, en que la publicística española adquiere en la actualidad un signo de urgencia y perentoriedad que por entonces estaba lejos de presentar.

La rigidez, no obstante, es siempre rechazable, incluso en áreas tan respetables y hasta, a las veces, sagradas como las tradiciones y leyes no escritas de instituciones, oficios y gremios. Pues, en verdad, la atenta lectura de un libro hasta el momento poco afortunado editorialmente, el de los recuerdos del antiguo líder del partido democristiano catalán Unió Democrática -El riesgo de la verdad. Memoria de una pasión política: desde el final del franquismo al colapso del independentismo, de J. A. Duran Lleida (Barcelona, 2019)-- obliga a abajar considerablemente las reservas y aduanas críticas, tan recta y acertadamente levantadas por los viejos preceptores de las generaciones más roborantes del contemporaneísmo hispano de la segunda mitad del novecientos. Tal es, desde luego, el elevado e incontable número de excusas, autocríticas y disculpas expresado por el antiguo dirigente catalán de Unió de --reivindicada en mil ocasiones-- nascencia altoaragonesa.

El nivel de énfasis de su bien trabada escritura se descubre en todo su recorrido harto menguado, en contraste con el muy alto de sus reclamos de perdón y manifestaciones de autocensura, hasta llegar a límites rara vez detectables en los recuerdos de gobernantes y políticos españoles de las dos últimas centurias. Actitud claro es que peralta el valor de su contribución al conocimiento de periodo tan agitado y, en ocasiones, confuso y endiabladamente embarullado, a causa en especial de su extremada politización. Justamente esta potencia, en sumo grado, las muchas dificultades inherentes al ejercicio de su misión del lado de los sufridos contemporaneístas. Y cuando la temática principal de la obra de Durán Lleida se centra en la reconstrucción del catalanismo como ocurre en el texto ahora comentado, se hace inútil cualquier insistencia al respecto.

De modo, pues, que la originalidad y, en amplia medida igualmente, la importancia del texto de unos de los personajes claves de la Transición y consolidamiento de la democracia residen en tan ahincado deseo de objetividad, asaz consciente de los deberes cara a sus conciudadanos pero también frente a la Historia, en cuya jurisdicción no tardará en entrar un testimonio de primer plano acerca de las vicisitudes más relevantes de la etapa englobada por las fechas 1975-2018.

Todo el despliegue de la política y, en buena parte, también de la sociedad española entre ambos años se describe con rica panoplia factual y es analizado con buido escalpelo en unas páginas de notable ritmo narrativo, en las que la esclarecedora anécdota se amista con la interpretación de calado de episodios a menudo decisivos y con frecuencia descollantes de la colectividad nacional, en una de las etapas más creativas de su dilatado itinerario.

* Catedrático