La detención ayer, en Japón, del presidente de Renault y Nissan provocó el desplome de la compañía en bolsa. El brasileño ha sido denunciado por su propia empresa, al parecer por un fraude fiscal continuado que se cifra en 38 millones de euros. En concreto, está acusado de cometer una supuesta violación de la legislación financiera al no informar de su salario de forma correcta.