Dos nombres, Juan Cantavella y Manuel de Unciti, que se unen, o mejor, se entrelazan en un libro flamante que el primero --Cantavella, doctor en Ciencias de la Información, catedrático, periodista y escritor--, dedica a su mentor, al hombre que marcó su vida, a Manuel de Unciti, misionero y periodista. Conocí a Unciti, siendo yo corresponsal del diario Ya en Córdoba, y él redactor religioso del gran periódico nacional, en un encuentro con los delegados diocesanos de Medios de Comunicación Social, y tanto sus palabras --su audacia, su fogosidad, su entusiasmo--, como su persona «incendiaban» ambientes y tertulias. Cantavella repasa a fondo la vida y la obra de este cura periodista, al que recordamos en el aniversario de su fallecimiento, a primeros de enero del 2014. Destaca su voluntad de entrega y de servicio que plasmó en una inscripción, muy interiorizada por él, colocada en la cabecera de su cama: «Ser para los demás un camino que se usa y se echa en el olvido». Después de haber ensayado la convivencia en un piso de estudiantes, con sus compañeros de carrera, optó por continuar aquella experiencia cuando ya había concluido los estudios y de esa manera fue acogiendo a quienes aceptaron su oferta de acompañarle. Fue su gran obra, como señala Cantavella, creando la Residencia Azorín, para «preparar eclesiásticamente a estudiantes de periodismo, para que hicieran comunicación de Iglesia». En efecto, salieron muchos periodistas influyentes por su formación humana, cristiana y profesional. Pero nunca antepuso su condición de periodista a la de sacerdote: esta era su vocación primigenia, su compromiso más decidido, su fidelidad irrenunciable. Allá donde lo llamaban, allá acudía, sin medir la distancia, ni los esfuerzos que podía suponerle. La palabra, verbal y escrita, era lo que dominaba y con ardor la ponía al servicio de todos los que se la demandaban. Cantavella nos aporta una obra espléndida, cuyo argumento central no es solo la vida de un gran sacerdote periodista como fue Manuel de Unciti, sino los mensajes ardientes que nos ofreció.

* Sacerdote y periodista