El periódico británico The Guardian ha reducido su tamaño «sábana» a formato pequeño. Mucho ha tardado. Ya en 1967 me decía en Londres el periodista David English que la década de los años 60 sería la de los tabloides. Palabra de connotación sensacionalista y de «amarillismo o poca calidad. El tamaño grande era señal de quality. En mi memoria acústica aun suena aquel sonido de pasar las grandes páginas de los periódicos, en el metro de Londres. «Oigo» ese sonido con cierta melancolía cuando viajo en el metro madrileño. La mayoría de las veces soy el único que hojea un periódico. Me figuro que en el de Londres predominaran los «pulgarcitos/as», los pulgares. Para no ser tachados de «amarillos», los periódicos que entonces iniciaban esa reconversión, especialmente en Estados Unidos, llamaban al nuevo formato «periódico compacto». El Guardian ha insistido que su recorte en papel no afecta para nada a la calidad. Respondía a la ironía de The Sun, tabloide por excelencia pero que yo conocí en tamaño grande: «Bien venido al mundo de los tabloides. Ahora hay que dar noticias que hagan ruido». Conocí al sesudo The Times de tamaño grande, con su entera primera página dedicada a anuncios por palabras. En 2004 cambió a tamaño pequeño. The Daily Telegraph es el único de los que leía en Fleet, años 60, que sigue con su tamaño «sábana». Lo mismo ha ocurrido con las revistas de gran tamaño. Acaba de salir en Baena el número 3 de la revista Tambriz. Su tamaño compacto es de gran calidad. El consejo editorial cuida con esmero su confección e impresión; y las fotos son puro arte.

* Periodista