El próximo curso universitario se presenta con una medida radical en Andalucía: los estudiantes que aprueben las asignaturas en primera matrícula no pagarán los créditos equivalentes a cada una de ellas en el curso siguiente, y los que las superen todas tendrán bonificaciones de hasta el 99%. La medida, que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ya anunciara en su campaña a las primarias socialistas, podría beneficiar a unos 30.000 alumnos y supondrá un coste cercano a los 30 millones de euros para las arcas públicas. Díaz la expondrá hoy durante su comparecencia parlamentaria en el debate sobre el estado de la comunidad, pero ayer ya adelantó que se busca con ella la igualdad de oportunidades y premiar el esfuerzo de los alumnos, dando un incentivo al rendimiento. El paso es pionero en España, si bien el sistema se aplica en algunas universidades europeas, y supone un indudable golpe de efecto en las políticas educativas y dirigidas a los jóvenes. Las universidades lo han saludado, si bien con cautela, pues no en vano mantienen un constante tira y afloja con la Junta de Andalucía por el pago de la deuda, y temen que pueda recaer sobre ellas el coste económico. Desde la Junta se ha aclarado que este incentivo correrá a su cargo, y que afectará tanto a grados como a máster, extendiendo el concepto de gratuidad en la enseñanza hasta la universidad. La medida es importante, especialmente tras años de crisis en los que muchos jóvenes han tenido que renunciar por razones económicas a la formación universitaria, Deberá perfilarse, como reclaman los rectores, en el marco de un acuerdo global, pero las primeras pinceladas ofrecen una lectura positiva.