A los pasajeros que sufrieron ayer retrasos superiores a 40 minutos en uno de los trenes AVE que hacía la línea Madrid-Málaga se les explicó que lo ocurrido era consecuencia de una avería en la señalización, que hizo obligados varios parones en la zona de La Mancha y tuvo a los trenes circulando a 38 kilómetros/hora. Sin embargo, las informaciones que trascendieron más tarde apuntaron a que, como también ocurrió el sábado pasado, el robo de cable estaba en el origen de los retrasos, que afectaron a numerosos comboyes y a sus pasajeros, con dispares consecuencias para los que debían enlazar con otros transportes. Lo que no se aclaró es si las «averías» de la señalización se debieron a que esta dejó de funcionar por el cobre sustraido.