Sin solución de continuidad pasamos de la precampaña electoral a la campaña propiamente dicha en esta semana en la preparación de las elecciones generales el día 28 de abril. Las diferencias y clichés entre estas dos fases serán mínimos. Seguiremos sufriendo el machaque de los mensajes y las irregularidades, descalificaciones, medias verdades, posverdades, enfrentamientos, acusaciones, encuestas con/sin cocina, fomento del miedo etcétera, a los que ya estamos acostumbrados. Esta situación se acentúa con la diversidad de opciones políticas con posibilidades que buscan diputados en el Congreso y senadores.

La (pre)campaña acapara directa o indirectamente una gran proporción de espacios en los medios de comunicación que provocan el hartazgo de los ciudadanos. Aunque es una utopía, debe cambiarse el enfoque de las campañas para que sean más amigables, evitando confrontaciones innecesarias y dolorosas (ej. manos machadas de sangre y de amarillo) entre partidos, que los dejan exhaustos. Parece que, si no hay fango, la campaña tiene poco calado, Hay que buscar y encontrar paulatinamente un enfoque positivo con propuestas claras, con sus pros y contras objetivos, de interés para los ciudadanos, sin necesidad de atacar. En este artículo se propone que la asertividad sea el caldo de cultivo de las campañas electorales.

La asertividad es una característica de una persona, que expresa su opinión de manera firme (RAE). En el contexto de la comunicación, ser asertivo supone ser dialogante, amistoso, crítico constructivo, respetuoso, saber decir que no con «buen rollo» etcétera. La asertividad coincide con la posición central de un péndulo que tiene en sus extremos la pasividad y la agresividad/manipulación. Es aplicable tanto a una relación consigo mismo como con los demás; si se es asertivo internamente se tiene asegurada la asertividad.

En el caso de organizaciones como los partidos políticos, si son auto asertivos (objetividad y verdad internas como motores), lo serán con los ciudadanos en sus programas y discursos. Con la ayuda de los medios de comunicación, deberán paulatinamente abortarse las mentiras, las posverdades, las medias verdades, la calumnia, la difamación y la búsqueda del morbo. Todo ello emponzoña la campaña y manipula/confunde a los votantes. ¿Por qué hay tantos indecisos a dos semanas de la votación? Los partidos deben reflexionar profundamente sobre la situación actual para minimizarla paulatinamente y así estar al servicio de la sociedad española. Deben ser conscientes que el «todo vale» es indecente y que «el fin no justifica los medios».

* Profesor jubilado de la UCO