Los ataques furibundos e indiscriminados de todos los grupos contra el partido más votado han conseguido que el electorado, asqueado de tantos insultos y falta de dignidad política vuelva a confiar en su grupo, no obstante un poco menos. Este ha sido el único que ha presentado un programa progresista y coherente, ya que además ninguno de los otros, en la campaña se ha referido a sus propuestas de gobierno.

Ahora toca retratarse y ver el sentido de Estado que tienen todos. Admitir una derrota es impensable dado que ninguno ha perdido aunque no haya sido el más votado: Yo he subido. Yo he bajado menos de lo vaticinado. Yo me he mantenido contra pronóstico. Tú has bajado un poco y has fracasado, yo no... Todos ganan (de lo que nos alegramos la ciudadanía). Pero con eso no basta.

Conseguir un gobierno estable y afrontar todas las dificultades que tenemos, necesita una buena dosis de querer apoyar a los ganadores para hacer que el país salga adelante. Dejar atrás las rencillas y ponerse a trabajar en común es lo que exigimos y requiere la fuerza más votada. Una colaboración de los demás grupos serviría para redimirlos ante sus votantes y a lo mejor alguien ante esta buena medida y voluntad política cambie su decisión en futuras elecciones.

Los Jubilados y Pensionistas necesitan, igual que todos los ciudadanos, tener una administración que actúe y legisle coherentemente con las carencias actuales, haciendo crecer la confianza no solo de los españoles sino también de cara al exterior, demostrando que somos una democracia en la cual cabemos todos, con nuestras discrepancias, pero remando en la misma dirección y solucionando los problemas del pueblo que les ha votado.