En un pueblo luterano la santa tradición de siglos era inclinar la cabeza al pasar una esquina de su iglesia. Una investigación sobre el hecho descubrió que, bajo una capa de pintura, había de tiempos de la Reforma una imagen de la Virgen María. ¿Podría apoyarse en ello al quien para afirmar que esos luteranos seguían siendo, en el fondo, católicos?

En España, en vida nuestra y de modo acelerado, el abandono práctico e incluso ideológico del catolicismo ha sido y es sin procedentes, incluso entre el clero. Las cifras cantan en Internet. Pero la política manipula la religión desde Constantino, Recaredo y los Reyes Católicos hasta Franco y sus actuales herederos. En vísperas de elecciones no falta, pues, quien pretenda negarlo, acudiendo a la pervivencia de las procesiones de Semana Santa, abarrotadas por el aumento de población y el “interés turístico”, que mantiene incluso espectáculos tan vergonzosos como las corridas de toros o la tomatina.