He leído con extrañeza una información que aparece en el Diario CÓRDOBA, con fecha 1 de octubre, referida a un supuesto «acoso» y «hostigamiento» a pacientes que acuden a clínicas abortistas, por parte de grupos que se encuentran a la puerta de las mismas, en varios lugares de España, entre ellos Córdoba.

Pertenezco a uno de esos grupos que, en el caso de Córdoba, desde hace varios meses, acudimos tres veces por semana, durante dos horas, a informar a esas mujeres que acuden al abortorio. Les ofrecemos ayuda por si quieren tener a su hijo y se encuentran con un embarazo con problemas. Vamos dos personas y nos acercamos a esas madres con cariño, sin juzgarlas y con un profundo respeto. Salimos a su encuentro desde el convencimiento de que, en la mayoría de los casos, se ven abocadas a esa opción por presiones de la pareja, la familia, las circunstancias económicas, profesionales... Nosotros intentamos proporcionarles otra solución mejor que la de eliminar a su hijo, que es la de salvar la vida de este (facilitándoles los medios materiales que necesitan para sacarlo adelante) y la suya propia, pues está demostrado que el síndrome postaborto es un trastorno que se produce en muchas mujeres que han abortado. También les sugerimos, si tenemos ocasión, la opción de dar al bebé en acogida o adopción y así pueden ofrecerle a ese ser humano la oportunidad de disfrutar de una vida, que, en muchos casos (seguro que todos conocemos alguno), pudiera ser muy distinta a la que en ese momento se puede prever.

Les mostramos también nuestro apoyo y acompañamiento y el deseo de que no se sientan solas, incluso aunque hubieran abortado, tal y como expresa el folleto que les entregamos con los teléfonos a los que pueden acudir, si así lo desean.

¿Dónde están el «hostigamiento», el «acoso», las «amenazas», los «insultos» y demás actitudes agresivas que refiere dicho estudio del ACAI? Si no me equivoco, gracias a nuestra labor, ya hay 14 madres que han decidido seguir adelante con su embarazo y 15 bebés (2 de ellos son gemelos), que verán la luz por la valentía y generosidad de aquellas.