La ley 23/2013 de 23 de diciembre nos trajo el factor de sostenibilidad y el índice de revalorización de las pensiones y a partir de ese momento los sindicatos de clase, UGT y CCOO, comenzamos a movilizarnos para luchar contra ella y las consecuencias que traía consigo. De hecho, en mayo de 2014, pensionistas venidos de Galicia, Cantabria, Extremadura, Murcia, Castilla la Mancha, Navarra, Castilla y León y Andalucía, ya entregaron más de 40.000 firmas a la ministra Fátima Báñez contra esta ley. Por esto, desde la Unión de Pensionistas y Jubilados de UGT, tenemos que estar en contra de las voces que manifiestan no saber dónde están los sindicatos. Estamos desde el primer momento “al pie del cañón” y así desde hace 130 años. Creemos que las Plataformas y Coordinadoras de pensiones que empezaron a crearse a finales del 2015 en el Centro Social de Embajadores y continuaron creándose en marzo del 2017 en Teruel, por ejemplo, solo pueden sumar para conseguir el éxito en las reivindicaciones de los jubilados. Pero nunca estaremos de acuerdo con unas declaraciones, que decían que los Sindicatos van por otro lado, los afiliados por uno y sus líderes por otro. Para defender las pensiones solo hay un lado y para reivindicar nuestras peticiones debemos sumar esfuerzos y no dividirlos. Si en muchas ocasiones no reivindicamos unitariamente nuestras peticiones, cosa que los sindicatos siempre estaríamos dispuestos a ello, es porque las coordinadoras y plataformas creen que las banderas de los sindicatos perjudicarían estas reivindicaciones (¿?). El 15 M dio mucho protagonismo a algunos que lo han perdido con el paso del tiempo e intentan recuperarlo de nuevo (“volviendo a la calle”) y por eso las banderas les restarían protagonismo y anteponen estas razones a la beneficiosa unidad a la hora de reivindicar nuestras peticiones.