Ahora que de nuevo el tema está caliente todos los partidos políticos se hacen amigos de los pensionistas y se atribuyen acuerdos «de boquilla» sobre lo que van a cobrar los mayores en un futuro con la revalorización de sus pensiones. Entonces viene la foto.

La cruda realidad es otra. Cuando hay que hacer leyes ya no es igual, pues se necesita una mayoría para aprobarlas y no todos están dispuestos a darle el protagonismo al que la propone. Voto en contra porque lo acordado es mínimo. No lo voto porque no es lo acordado. O porque eso no es viable a corto o largo plazo. Mil excusas pero la ley no sale. Y los jubilados con dos palmos de narices. Volveremos a empezar. El engaño de la clase política hacia los mayores ha tocado fondo. Ha habido un acuerdo que no es nada más que una recomendación al poder legislativo de turno, del Pacto de Toledo, creado para buscar soluciones, que de momento no se plasman en ninguna parte si no se legisla y eso de momento es inviable sin unanimidad.

Pues bien. Hasta que no se apruebe por ley la revalorización de las pensiones, independientemente del grupo que gobierne, el colectivo de jubilados vamos a estar protestando y manifestándonos en la calle para que salga la foto (la nuestra), en todos los ámbitos posibles de repulsa y rechazo a tanto farsante, embaucador y mentiroso que hay en la política, para evitar que se rían de los pensionistas.