Ya que la derecha utiliza tan a menudo a Alemania como referente económico y político, quiero relatar algo que tal vez desconozca.

Alemania, julio de 2011. Gobierna la conservadora liberal Ángela Merkel. Hastiados de que la tumba de Rudolf Hess, lugarteniente de Hitler, se haya convertido en lugar de peregrinación neonazi, el Gobierno, con conocimiento y nocturnidad, persuadiendo con contundencia a su familia, exhuma el cuerpo de tan siniestro personaje, demuele su sepultura, incinera el cadáver y arroja sus cenizas al mar, acabando con el problema en un par de horas.

Aquí, en España nos preguntamos: ¿Qué es eso de que la familia del dictador, que cuenta con un gran patrimonio arrebatado a los españoles, paralice sine die la decisión de un Parlamento democrático? 43 años son demasiados, ¡sacadlo ya!