Hay que aplaudir la entereza, el semblante y la determinación de Leonor de Borbón, Princesa de Asturias, en su discurso durante la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias.

Pero, al mismo tiempo que se aplaude a la persona elegida por el destino y por nuestras leyes para ser algún día la Reina de todos los españoles, me parece oportuno hacer una breve consideración sobre la excesiva responsabilidad que se le adjudica a Leonor de Borbón, que, a los 13 años, ha dicho en Asturias que ya se siente comprometida con el servicio a España y a todos los españoles.

Palabras que ha recalcado cariñosamente su padre, el Rey Felipe VI, recordándole que ese compromiso debe renovarlo permanentemente, con dedicación, espíritu de servicio, lealtad y responsabilidad.

Un compromiso que, a mi entender es excesivo para una persona tan joven como Leonor, que debe hacer compatible su evolución personal, sus estudios, sus aficiones, sus amistades, en definitiva, sus derechos como persona y sus deberes como heredera del trono. Un difícil equilibrio y un enorme sacrificio que debemos reconocer y agradecer.