Hoy, a las 20.00, junto a la parroquia de San Nicolás, volveremos a celebrar un acto de solidaridad, protesta y oración por las víctimas de la siniestralidad laboral. El pasado 26 de diciembre, Mª de los Ángeles Barea Sánchez, concejala de Juventud, Desarrollo y Vivienda del Ayuntamiento de Fuente Tójar, terminó su jornada laboral como administrativa, puesto que ocupaba desde hacía solo un mes, cogió su coche y salió a carretera. Tan solo 20 km. separan Almedinilla, donde trabajaba, de su pueblo natal. Suficientes para encontrar la muerte.

María de los Ángeles tenía 27 años. La colisión con un camión le impedirá desarrollar una vida que apenas comenzaba a disfrutar. En la prensa, quizá por desconocimiento o falta de sensibilidad, no hay, prácticamente, referencias a la naturaleza laboral de este siniestro. Es un accidente de tráfico, sí pero también se trata de un accidente «in itínere», es decir un accidente laboral producido en el trayecto desde o hacia el puesto de trabajo.

Los accidentes «in itínere», desgraciadamente, ya son la segunda causa de mortalidad laboral en nuestro país. Según fuentes sindicales, hay una clara correspondencia entre temporalidad, precariedad y accidentalidad laboral en la carretera. Y es que, cuando tienes tu pan en el aire asumes más riesgos para mantenerlo, una tremenda injusticia.

Después de haber «superado» la famosa crisis encontramos una curiosa paradoja. La siniestralidad laboral aumenta el triple que el empleo. ¿Por qué?... La respuesta puede estar en el tipo de empleo que se está generando. Suscribimos las palabras del Papa Francisco ante el Parlamento Europeo en 2014: «Es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo, garantizando también las condiciones adecuadas para su desarrollo». Porque... «El trabajo está en función de la persona y no la persona en función del trabajo» (L.E.6). La dignidad sagrada de quienes trabajan, es lo que nos hace seguir gritando...