Lágrimas, terror y vidas rotas. Pasividad política. Indignación ciudadana. Estados Unidos ha asistido este viernes a un nuevo tiroteo escolar, esta vez en un instituto de Santa Fe, una pequeña localidad tejana de 12.000 habitantes a unos 60 kilómetros de Houston. Un pistolero armado hasta las cejas y alumno del centro mató a diez personas, la gran mayoría de ellos estudiantes, e hirió a otras tantas, según ha confirmado el gobernador del estado. El asaltante de 17 años, que acabó siendo detenido, llevaba también consigo varios artefactos explosivos, aunque no está claro si llegaron a explotar. El presidente Donald Trump respondió al “horrendo incidente” ofreciendo sus condolencias y oraciones por las víctimas, una fórmula estéril que vino nuevamente desprovista de medidas concretas para frenar la violencia armada que desangra al país.

El tiroteo comenzó alrededor de las 8.00 de la mañana hora local, cuando la alarma antiincendios saltó en el centro educativo. Muchos estudiantes pensaron inicialmente que se trataba de un simulacro, hasta que las detonaciones, los gritos y las carreras les despertaron de la inopia. “Yo estaba sentada en clase. Escuché unas fuertes explosiones, pero no sabía que eran. Estaba confundida. Entonces escuché gritos y desperté. Me puse a correr hacia la salida y me escondí con otros estudiantes. Me quedé allí unos 30 minutos hablando con mi madre por el teléfono todo el rato hasta que nos encontraron y nos sacaron de allí”, dijo al Houston Chronicle, Paige Curry, una de las alumnas.

Artefactos explosivos

No hay duda de que el ataque estuvo minuciosamente planeado. Así lo atestigua el armamento y las bombas que la policía descubrió más tarde en el centro y sus inmediaciones. “Los agentes encontraron un pandemonio sangriento en la escuela”, aseguró una fuente policial a la prensa tejana. “Evidentemente el individuo tiró varias bombas caseras, aunque no sabemos si llegaron a explotar". Las autoridades han identificado al pistolero como Dimitrios Pagourtzis, un estudiante de 17 años sin antecedentes penales. Pagourtzis entró en el instituto con una escopeta, una pistola del calibre 38 y varios artefactos explosivos. "Quería suicidarse, pero no tuvo valor para hacerlo", explicó a los medios el gobernador, Greg Abbot. Es pronto para saber sus motivaciones. En una entrada de su página de Facebook posa con una camiseta con la leyenda 'Nacido para matar', una frase a la postre profética. "Es imposible describir la maldad de alguien capaz de matar a niños inocentes en su escuela", añadió el gobernador.

Liberty Wheeler, de 14 años, estaba en clase cuando escuchó cinco disparos cerca de la clase de arte. Su profesora le pidió que corriera a esconderse en el almacén que hay junto al teatro del instituto, según ha descrito a los medios. Allí se escondió durante 45 minutos hasta que la encontró la policía. “Se olía el olor de la pólvora que salía de la pistola. Teníamos mucho miedo de que estuviera cerca de nosotros”. El instituto de Santa Fe tiene capacidad para 1.400 estudiantes y se encontraba en sus dos últimas semanas de calendario escolar.

Este tiroteo llega tres meses después del acaecido en el instituto Marjorie Stoneman Douglas de Parkland (Florida), donde 17 alumnos y profesores fueron asesinados a sangre fría. La masacre movilizó a los estudiantes, pero desde entonces no se ha aprobado una sola medida en el Congreso para afrontar el problema. Tras proponer varios parches que no fueron a ningún lado, y que incluían armar a los profesores, Trump se ha dedicado a alabar a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, de sus siglas en inglés), el lobi de los fabricantes de armas y sus millones de entusiastas que ayudó a financiar su campaña y que destruye cualquier intento de restringir la barra libre de rifles y pistolas que impera en el país.

"Esto lleva demasiado tiempo sucediendo. Demasiados años, demasiadas décadas", dijo Trump en una breve comparecencia. "Mi Administración está decidida a hacer todo lo que esté en nuestro poder para proteger a nuestros estudiantes y mantener las armas alejadas de aquellos que representan una amenaza". Son palabras vacías. Retórica de vida corta, como la de los muertos de Santa Fe.