María es la vecina más longeva de Lucena, y aunque nació en la aldea de Béjar en Salamanca, vive en la ciudad aracelitana desde que enviudó su hija Pilar.

María tiene una larga e interesante vida, pues de joven sirvió como criada en la casa del abuelo del Rey Felipe VI, don Juan de Borbón, y a su familia le relataba, cuando aún podía, numerosas anécdotas de la época vividas con la familia real española.

María ha hecho gala de una salud de hierro durante toda su vida, acompañada de buena alimentación a base de productos que su propia familia cosechaba o elaboraba. La centenaria lucentina explica que su vida se caracteriza por mucho trabajo y una constante dedicación a su familia, aunque también procuraba sacar tiempo para otros quehaceres. Hace ya seis años que superó el centenario, pero María continúa acompañando a sus hijos, nietos, biznietos y tataranietos, una larga familia que la sigue acompañando en la celebración de su cumpleaños, como ocurrió ayer.

Pero el de María no es el único caso, pues el pasado mes de octubre también hubo que felicitar a Emilia Gámez, otra vecina de Lucena que cumplía 102 años. Arropada por toda su familia, celebraba su cumpleaños con una merienda llena de cariño, que tuvo lugar en el patio del Círculo Lucentino. En aquel entrañable acto, Emilia Gámez hacía gala de su buena memoria, recitando algunas de las poesías que aprendió cuando era una niña y de su buen estado de ánimo, con una sonrisa inquebrantable.