Corrección institucional, sí, discrepancias estratégias, también. Tras la reunión en la sede del Gobierno vasco en Vitoria, en un clima «correcto» según fuentes del Govern, el lendakari Íñigo Urkullu y el presidente Quim Torra evidenciaron ayer sus divergencias respecto a sus respectivos planes soberanistas. Urkullu pidió «aprovechar la actual mayoría parlamentaria que sustenta al Gobierno español, si es posible, como una vía que puede propiciar un cauce de solución política a la situación siempre que exista una voluntad de acuerdo» y hacer efectiva la vía de la «distensión y el diálogo político». Y añadió: «Sí creo que es esta la voluntad del Gobierno español». En cambio, Torra mostró su desconfianza respecto al Ejecutivo de Pedro Sánchez: «Estamos estirando todos los pequeños hilos posibles por ver si España nos da una respuesta que no sea no, pero constatamos que hasta ahora es no; es más, la respuesta del Estado han sido 214 años de cárcel». Torra asumió que en la reunión se constató «con total franqueza» que «el ritmo hacia la libertad del pueblo catalán y el vasco es posible que no sea exactamente el mismo, pero ambas naciones tenemos el mismo objetivo final». El Govern evidenció la distancia entre Urkullu y Torra.