El tiempo pasa y va dejando rastro en las memorias más nostalgicas, en ocasiones en las más maltratadas, quizá en las que reina la felicidad o en aquellas que piensan que todo tiempo pasado fue mejor.

Los años de lápices, pupitres y recreos son sin duda algunos de los más recordados, y la figura del maestro está siempre investida de cierto aire mágico.

Cuando recordamos a nuestros maestros, difícilmente lo hacemos sobre la base de sus conocimientos o su capacidad de transmisión, sino más bien, por lo que han dejado en nosotros y por lo que nos han marcado a través de sus actitudes, consejos y medias palabras.

Gracias a la publicación de José Cosano y Antonio Cruz dedicada a la profesora, investigadora y académica Luisa Revuelta, hoy conocemos que hace más de cien años, en Santiago de Compostela, nacía una de las mujeres que marcaría la vida educativa de muchos cordobeses. Luisa Revuelta y Revuelta, licenciada en Filosofía y Letras (Sección de Historia), vivió la mayor parte de su existencia dedicada a la enseñanza y a la difusión de la cultura.

Sus primeros pasos como docente se remontan al transcurso de la Segunda República española. Antes de la llegada de ésta (1930), se presentó a las oposiciones de Cátedras de Instituto, obteniendo votos. Tres años más tarde, cuando creyó idónea su preparación, fue destinada al instituto de Logroño, ciudad en la que permaneció hasta 1935, cuando su destino cambió a Teruel, en donde además de la docencia desempeñó el cargo de secretaria del mismo. Cinco años más tarde fue adscrita provisionalmente, en su calidad de catedrática, al Instituto de Enseñanza Media de Córdoba. La sustanciación favorable de su expediente le permitió obtener definitivamente, en 1942 y por concurso de traslados, la Cátedra de Lengua y Literatura del Instituto de Córdoba. Desde entonces, y hasta su jubilación en 1975, Luisa Revuelta entregó lo mejor de sí misma a la docencia en el hoy instituto de enseñanza Séneca.

Sus trayectorias investigadora y docente les fueron reconocidas por la Real Academia de las Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes.

La pasión por la enseñanza de una mujer descrita por José Cosano como «exigente consigo misma antes que con nadie, de talante respetuoso y crítica reposada e inconformista», además de su labor docente, impartida desde la valentía de una metodología de vanguardia, fue reconocida más tarde por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía que, a instancias de la Delegación Provincial cordobesa, denominó con el nombre Luisa Revuelta al segundo centro de profesores inaugurado en la ciudad de Córdoba el 6 de febrero de 1996, cuando iban a cumplirse trece años del fallecimiento de la académica, acaecido el 11 de agosto de 1983, a los setenta y ocho años de edad.

Seguramente, con el paso de los años, antiguos alumnos olvidaron sus clases magistrales, pero lo que sí dejará en quienes tuvieron la oportunidad de conocerla será la manera de vivir de una mujer de «porte erguido y paso firme, de rompe y rasga, con la que hablar significaba todo un placer», según Cosano. director de la Real Academia.