A principios de mes, la delegada de Educación, Inmaculada Troncoso, realizaba una visita al centro público rural Ana de Charpentier, en la que destacaba que las escuelas rurales «son la esencia de las aldeas y municipios pequeños, además de un claro ejemplo de que la igualdad de oportunidades y la calidad educativa llega a todos los rincones de la provincia». Sin embargo, la falta de matriculación es la gran amenaza para estos centros.

Para estos colegios existen tres aspectos educativos que resultan especialmente relevantes, como son la dispersión geográfica, la falta de alumnado y la planificación. Con el fin de trabajar de manera coordinada, hace cinco cursos se formó una red provincial de CPRs donde los diez centros que la integran comparten ideas, dudas y problemáticas comunes. El Ana de Charpentier, en La Carlota, es el colegio público rural más grande de nuestra provincia y uno de los mayores de Andalucía. Actualmente cuenta con 27 unidades repartidas entre las 8 sedes a las que atiende. A pesar de su tamaño, en los últimos años se ha visto afectado por una disminución de su alumnado «causada principalmente por el período de crisis y consecuente disminución de la natalidad», explica su directora, Charo Mazo. Aunque se trata de un hecho generalizado en toda la provincia, los centros rurales se han visto más perjudicados debido a la ratio por unidad mixta. «En nuestros centros las unidades se asignan a partir de 12 alumnos si se mezclan etapas o ciclos y de 15 si están alumnos de Infantil o del mismo ciclo de Primaria», apunta Mazo. Ésto se traduce en que en una misma clase puede haber niños desde Infantil de 3 años a 6º de Primaria, todos con un único tutor. En estos grupos puede haber también alumnado con necesidades educativas especiales, lo que, según la directora, «hace muy complicado dar una enseñanza personalizada y de calidad y dificulta a su vez el mantenimiento de los colegios rurales, ya que las familias se desconciertan y se preocupan ante esta situación». El resultado es que las familias acaban optando por llevar a sus hijos a otros centros que, aunque más alejados de sus domicilios, no tienen tanta mezcla de edades por clase.

VOZ DE ALERTA / Conscientes de la situación, en el CPR Ana de Charpentier han puesto pies en pared para intentar frenar esta pérdida constante de alumnado. Y no solo han conseguido pararla sino que también la han revertido. Para el próximo curso han conseguido 50 solicitudes más, incrementando sobre todo el número en la sede del centro en Aldea Quintana gracias al servicio de comedor aprobado por la Consejería para el 2019/2020 y al Ayuntamiento de La Carlota, que asumirá los gastos de la obra. «El Ampa de esta aldea facilitará los servicios de aula matinal y taller de circo, lo que ha posibilitado que nuestros padres y madres puedan conciliar vida laboral y familiar», reconoce Mazo, quien explica que «el boca a boca ha sido fundamental también para atraer a nuevos niños a las aulas del Charpentier. Hemos triplicado las solicitudes para el curso próximo, algo sin precedentes en los últimos 15 años. Nos tomamos muy en serio nuestro trabajo, que es completamente vocacional y que no entiende de horas».