Tal y como está la situación, la única noticia que puede alegrar la Navidad es que la curva de la pandemia del covid-19 siga bajando. El puente festivo que atravesamos, del que tantas economías dependen en Córdoba, se saldará con toda probabilidad con escasos beneficios para los sectores del comercio y la hostelería, que sumarán nuevas pérdidas a las de los largos meses de confinamiento y estado de alarma. El consumo local, también reducido por la incertidumbre laboral y el miedo a los contagios, no es suficiente, especialmente en capitales como Córdoba, donde el turismo representa una fuente de ingresos clave. Las ayudas estatales y autonómicas, al igual que los incentivos al consumo que han habilitado varios ayuntamientos de la provincia, serán un paliativo mínimo para las pequeñas empresas y no llegarán a todas las que los necesitan, mientras los ERTE, en su desigual aplicación, no evitan que miles de trabajadores vean peligrar su empleo, su futuro y hasta su supervivencia. Las luces de navidad, que los ayuntamientos han vuelto a encender este año, se verán en este 2020 sin las aglomeraciones y alegría acostumbrada, pero son un símbolo de que la sociedad no se rinde, y la esperanza de tiempos mejores.

La situación es extremadamente complicada, y es comprensible la desesperación de las empresas y autónomos afectados por las restricciones horarias y geográficas, que ven hundirse sus negocios y se preguntan si podrán resistir o tendrán que echar la persiana definitivamente, como muchos ya han tenido que hacer. Pero, aun así, la salud está por delante. El cierre perimetral y los ajustes horarios decretados por la Junta de Andalucía, aunque pueden discutirse, finalmente están doblegando la curva de los contagios. En Andalucía, la tasa de transmisión por cada 100.000 habitantes se ha reducido a 228, por debajo de los 250 que el Ministerio de Sanidad considera de riesgo muy alto, y se ha contenido la presión hospitalaria. Pero no se puede bajar la guardia: en Córdoba hay 161 personas hospitalizadas, 31 de ellas en la UCI, y las muertes siguen, hasta sumar 466 fallecimientos en la provincia.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, desvelará el próximo martes las medidas para las próximas semanas. Ya se conoce la postura consensuada por las comunidades autónomas con el Gobierno, que permitirá reuniones familiares en los días clave de la Navidad. La Junta ha anticipado que excluirá el tan discutido concepto de «allegados», pero hay que esperar para saber qué decisión tomará respecto de los horarios y del cierre perimetral de todas las ciudades y pueblos de Andalucía, entre otras medidas.

El Ejecutivo andaluz, pese a sus discrepancias políticas con el central, ha manifestado que se atendrá a las directrices generales, y quizá las endurezca. Lo cierto es que los científicos están alertando sobre una «tercera ola» de la pandemia cuando la segunda todavía sigue vigente, así que el covid-19 está lejos de doblegarse. La esperanza de la vacuna, que el presidente Sánchez espera que pueda empezar a inocularse para alcanzar en junio a 20 millones de españoles es importante, pero las medidas de protección deben continuar. Es clave que la pandemia no se prolongue en el tiempo. Y eso depende del esfuerzo de todos. Córdoba, como España y la mayor parte del mundo, va a vivir unas navidades que se recordarán por la difícil coyuntura que vivimos, única en los últimos cien años, pero es importante que las fiestas no sean motivo de mayor desgracia.

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