Los bancos y las entidades de inversión siguen colocando a sus clientes productos de ahorro que no entienden. Pese a la obligación legal de todas ellas de obtener de sus clientes la información necesaria para garantizar que estos son conscientes del tipo de producto que compran y de los riesgos que asumen, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha identificado y sancionado casos en los que las entidades «sobrevaloran de modo significativo su formación, conocimientos financieros y experiencia inversora» y les colocan activos que no comprenden.

«En algunos casos esta incidencia afecta a un alto número de clientes», apunta la CNMV en un comunicado. El organismo que preside Sebastián Albella advierte de que la CNMV «está actuando, incluso vía sancionadora, para corregir este tipo de situaciones» y anuncia que durante el 2019 tiene previsto realizar «una actuación específica de revisión» en este ámbito que afectará a «un número relevante de entidades». Según la CNMV, aunque las evaluaciones de conveniencia e idoneidad han de realizarse caso por caso, las entidades deben contar con los procedimientos y protocolos precisos para asegurarse que, a pesar de un determinado grado de formación económica, de conocimientos financieros e, incluso, de experiencia inversora, el cliente es capaz de entender el verdadero alcance y riesgo del producto contratado.

Todas estas exigencias buscan evitar que se repitan escándalos como los sucedidos en el pasado, con la colocación a clientes sin formación de productos complejos como las participaciones preferentes.