De momento suena a espejismo. De momento, como reconoció el mismo Marc Márquez (Honda), el tricampeón del mundo más joven de la historia de MotoGP, todo es fruto "simplemente" de la suerte, de la suerte que lloviese ayer en el trazado de Termas de Río Hondo y el nen de Cervera dominase a placer, con contundencia, con autoridad, los últimos entrenamientos en mojado, húmedos, dudosos, cristalinos, muy por delante de Maverick Viñales (Yamaha), el gran dominador de la pretemporada en la catégoría reina, del GP de Catar y de los entrenamientos en seco vividos en Argentina.

Pero, eso sí, Márquez se dio el gustazo de demostrar que "cuando no cuenta la aceleración, o cuando los demás no pueden exprimir su mejor motor, su mejor velocidad punta, estamos ahí". Y ahí es primeros en la parrilla de salida de hoy (21.00 horas, Movistar+ y Vodafone), en el Gran Premio de Argentina, que todo el mundo dice que será en seco.

Y eso significa, también, convertirse en el líder de poles de toda la historia, con 66, una más que Jorge Lorenzo (Ducati) y dos más que Valentino Rossi (Yamaha), los otros dos magníficos, que siguen sufriendo, y mucho, muchísimo, demasiado, para seguir el ritmo de los dos veinteañeros que parecen decididos a marcar el Mundial, este y los siguientes.

LAS CARENCIAS DE VIÑALES

Lo cierto es que la jornada de este sábado fue tremenda, pues empezaron a verse las carencias de Viñales en una de las circunstancias que pueden envolver el Mundial: la climatología. Aún hay aficionados y críticos que recuerdan cómo fue campeón del mundo el discreto norteamericano Kenny Roberts Jr (Suzuki), en el año 2000, al aprovechar que el 70% de las carreras se disputaron en agua.

Viñales partirá este domingo desde la segunda fila (6º), junto a Dani Pedrosa (Honda, 5º) y Valentino Rossi (7º). "El hombre del tiempo dice que la carrera será en seco y, por tanto, la ventaja que he tenido este sábado, aprovechándome de que la falta de aceleración de mi Honda no me penaliza tanto, ya no la tendré. Pero, bueno, no me preocupa mucho, vamos mejorando poco a poco y, tanto en seco como en mojado, me veo para pelear por el podio", señaló Márquez, que lleva cuatro poles consecutivas en Termas de Río Hondo.

Y es que el dominador del último Mundial dio ayer toda una lección de su poderío. Lección que vivió mientras buena parte de los magníficos, bueno, todos (Rossi, Pedrosa y Lorenzo) se veían obligados a pasar por el purgatorio de la Q1, es decir, el ensayo que da derecho a intentar la pole, pues los tres fallaron en el entrenamiento clasificatorio para la Q2. Y la verdad es que Pedrosa y Rossi dieron la talla y saltaron a la practica de la pole, pero Lorenzo no pudo mejorar (saldrá el 16º) y Andrea Dovizioso saldrá desde la posición 13ª.

PAPELÓN DE ABRAHAM

La gran sorpresa, al margen del mal resultado de Viñales, la protagonizó el checo Karel Abraham, un piloto que corre gracias al dinero de su padre, un hombre rico, y que el año pasado no participó en el Mundial por problemas físicos. Abraham, que llegó con el maletín lleno al equipo de Jorge Martínez Aspar, colocó ayer su Ducati ¡del año 2015!, sí, sí, no es ni la versión 2016 ni la 2017, que pilotan Lorenzo y Dovizioso, en segunda posición de la parrilla, es decir, que arrancará pegadito a Márquez.

¿Cómo lo hizo? "Pues fue duro, muy duro, ya que ví que Marc (Márquez) estaba en su vuelta rápida, me pegué a él, apreté los labios y me dije 'hay que aguantar su ritmo, pegate y te llevará a la meta'. Es fácil decirlo, pero seguir a Marc, cuando va a saco, es casi casi una temeridad. ¡Pero me salió! y logré el segundo mejor tiempo del día". Y eso provocó la algarabía en casa de Aspar. Con razón, pues aparecer en primer fila de un GP no entraba en sus previsiones.