«No sabe qué hizo ayer ni cómo me llamo, pero si le tarareo el Soy Cordobés, Adiós con el corazón o Tengo una muñeca vestida de azul se le dibuja una sonrisa en la cara y la letra le sale sola».

Dicen los entendidos que la memoria musical es la última que se pierde. El espacio del cerebro que atesora esos recuerdos debe estar muy bien protegido de cualquier ataque externo, de ahí que estimular los recuerdos musicales, casi siempre asociados a momentos hermosos del pasado, sea la mejor manera para levantar un puente que conecte a los enfermos de Alzheimer con el presente. El Teatro Avanti lleva meses trabajando en ello con un grupo de usuarios de la Asociación San Rafael de Alzheimer dentro de un proyecto financiado por DKV que ayer culminó con la representación de la obra Una noche especial, en la que recrearon un encuentro vecinal que tiene lugar en Nochevieja. Solo faltaron el reloj de la Puerta del Sol y las uvas. Las profesoras de canto y actrices Conchi Muñoz, Gloria Henares y Mamen Rey, acompañadas por un grupo de monitoras de la asociación, han sido las artífices de un trabajo que, confiesan, «nos ha tocado el corazón». Alguna no pudo reprimir las lágrimas cuando acabó la representación. Con sus voces y un piano como estímulo, han logrado tejer una red con la que han rescatado canciones populares, villancicos de toda la vida, refranes y recuerdos que permanecían intactos en la mente de todos y que les llevó incluso a bailar. «La gente cree que vuelven a su infancia, pero no es así», explica el gerente de Avanti, Julián Molina. «Es curioso, pero la mayoría de las canciones que recuerdan las aprendieron en su juventud y siguen grabadas en su mente», señala. Para el equipo de Avanti, implicado en otros proyectos de carácter social con distintos colectivos, «este trabajo demuestra la importancia del trabajo artístico para mejorar la calidad de vida de estas personas».

La representación se prolongó durante algo más de una hora en la que la sonrisa no se borró de la cara de enfermos y familiares. «No venían nerviosos porque no son conscientes de lo que van a hacer, pero para nosotros este tipo de actividades son muy importantes», explicó la hija de una de las usuarias participantes. «Se trata de ponerles pequeñas metas que consiguen frenar el avance de la enfermedad y eso es muy positivo».