El realizador Miguel Bardem presenta una galería de embusteros, timadores profesionales entre los que reina la desconfianza mutua, en Incautos , que se presentó ayer en la sección oficial del Festival de Málaga, con un guión en el que los continuos giros hacen que nada sea lo que parece. El gran maestro del gremio del timo es interpretado por el argentino Federico Luppi, quien entra en contacto con un joven estafador, Ernesto Alterio, y después con una antigua amante (Victoria Abril), que le dejó plantado hace años sin el dinero de una estafa, y junto a otros personajes como el del ilustre secundario Manuel Alexandre se dispondrán a dar el gran golpe.

La historia se desarrolla entre 1975 y 2000 y, entre fraude y fraude, inserta en segundo plano hechos históricos como la muerte de Franco, la irrupción de Mario Conde, la Exposición Universal de Sevilla de 1992 o la llegada del euro.

Para Bardem, lo más "costoso" del proyecto fue escribir el guión, junto a Carlos Martín, ya que esta tarea les llevó dos años, con una primera etapa de investigación y búsqueda de los distintos tipos de timos, hasta crear "un engaño dentro de otro engaño".

MUCHOS GIROS "Tenía miedo, porque cuando hay muchos giros, llega un momento en que te cansas", dijo el director, que subrayó que se trata de una película "sobre la mentira, en la que todo el mundo miente", y a lo largo de la trama "se va preparando al espectador para el gran timo final". Por su parte, Luppi reconoció que la "suma cotidiana de equívocos tan grande" causaba anécdotas durante el rodaje, al desconocer los actores adónde llevaba cada giro de los personajes, que tienen "una permanente doble vida que los hacen virtuosos y perversos". Sobre el hecho de haber trabajado con el hijo de su compatriota Héctor Alterio, tantas veces compañero a lo largo de su carrera, destacó que ambos se criaron "en un país tan surrealista como Argentina" y cuentan con "un pasado común en muchas cosas", mientras que Ernesto "llegó a España con 2 ó 3 años y, en términos emocionales, es español". También siente una "satisfacción de revancha" cuando comprueba cómo Ernesto Alterio "está completando una carrera tan importante años después de que a su padre lo corrieran de Argentina por la represión militar". Luppi recientemente debutó como director con Pasos , dijo que "miraba la cara de los otros para ver si había metido la pata".