La cantante mexicana Lila Downs inundó de color y sonidos latinoamericanos el Teatro de la Axerquía anoche, en la apertura de la 39 edición del Festival de la Guitarra. Con un gran ambiente, la intérprete saltó al escenario con fuerza, poderío y todo su potencial, para dar un concierto en el que reinó la cumbia, la ranchera, el bolero y los sonidos latinoamericanos. Frente a ella, un público con muchas ganas de bailar y de escucharla.

Arrancó la actuación con la canción La Marmota, de su ultimo trabajo, Al Chile, y poco a poco fue calentando la pista y regalando momentos como Al son de Chile, canción con la que era imposible no moverse. Tras una primera parte mas enérgica, el concierto pasó por su momento más sentimental, en el que se pudo escuchar Dear Someone,Dear Someone canción en colaboración con Norah Jones y que cantó en inglés (la versión española sale en octubre), Clandestino, de su compañero Manu Chao, o Viene la muerte.

Entrando en la recta final del concierto, la mexicana deleitó con canciones como La llorona, que recordó a Chavela Vargas, La San Marqueña o una de la mas famosas de este último disco, Cariñito. Finalizó con Paloma Negra y Zapata se queda, dejando al público con ganas de más, después de una hora y media de actuación.

Mención especial para el encargado de las proyecciones que acompañaron durante todo el concierto y para la banda que arropó a la artista sobre el escenario, formada por Yayo Serka (batería), Nikki Campbell (percusión), Josh Deutsch (trompeta), George Sáenz (trombón, acordeón), Sinuhe Padilla (jarana, guitarra), Rafael Gómez (guitarra) y Luis Guzmán (bajo), que consiguió realzar aun más la figura de la artista mexicana y trasladar al público a la cultura de los pueblos indígenas mexicanos.