Hay que limpiar de polvo las barandillas de los palcos, ponerles las luces de señalización a cada fila del patio de butaca (por cierto, un espacio que ha quedado magnífico y con un suelo de madera como Dios manda), retirar materiales de obra, limpiar cristales, instalar los indicadores de emergencia y para personas con otras diferentes capacidades visuales... Queda mucho por hacer y muy poco tiempo para la reapertura del Gran Teatro de Córdoba, el viernes con el ballet de Víctor Ullate y la obra Carmen, y todo ello tras ocho meses de obras y una actividad frenética las últimas semanas. Un trabajo cuyo presupuesto ha pasado de los 350.000 euros iniciales a los 500.000 euros, como reconoció ayer el arquitecto de la intervención, Rafael García Castejón.

El trabajo, que ha convertido al Gran Teatro de Córdoba en el más accesible de España de su género y en consideración a su antigüedad (data de 1873), sin embargo no ha hecho más que empezar una labor, ya que mejorar la accesibilidad «es una tarea continua», explicaba la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, que encabezó ayer una visita al «escenario referente de la cultura cordobesa», sentenció ante la prensa.

LO YA CONSEGUIDO / Los trabajos han permitido hacer accesible la entrada al patio de butacas desde la misma entrada por la calle Menéndez Pelayo sin alterar la estructura de este edificio protegido, además de habilitar espacios para personas en sillas de ruedas en el patio de butaca (incluso usando la zona multifuncional que cubre el foso de la orquesta en determinados espectáculos, explicaba ayer García Castejón), un ascensor que ya permite acceder a personas con movilidad reducida a todos los palcos y plateas, la ampliación de las puertas para entrar en ellos (que además desde ahora son de material ignífugo) o nuevas indicaciones para discapacitados visuales y placas indicativas de emergencias.

Capítulo aparte, se ha aprovechado para mejorar numerosos aspectos, como el propio suelo del patio de butaca (ahora de madera, no del viejo material plástico que casi se caía tras años de humedades), luces, instalaciones, aseos accesibles... todo ello porque «el futuro de las artes y de la música si no pasa por la accesibilidad... no tendrá futuro», sentenciaba ayer la alcaldesa. La regidora estuvo acompañada en la visita por el teniente de alcalde de Cultura, David Luque, y el gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas, Ramón López.