Considerado uno de los directores más importantes de Brasil y uno de los líderes del movimiento Cinema Novo, Carlos Diegues sorprendió ayer en Cannes con O grande circo místico, una película barroca, surrealista y poética. Así la definió en un encuentro con un grupo de periodistas el director, muy satisfecho de estar en Cannes y de la acogida que ha tenido la película, pero cansado de tanto ajetreo en su regreso al festival treinta años después de competir por la Palma de Oro en 1987 con Rio zone.

Con O grande circo místico se presenta fuera de competición, el apartado más adecuado para esta adaptación de un poema de Jorge de Lima que llevaba años esperando realizar. «Es un poeta que leía mucho en mi adolescencia, un poeta barroco, surrealista. Quería llevar un poema suyo al cine, pero nunca encontraba uno que fuera fácil de adaptar», relata Diegues. Hasta que pensó en un poema del libro A Túnica Inconsútil que ya había sido objeto de adaptación para un espectáculo musical en 1980, con música de Chico Buarque y Edu Lobo.

«Pensé que era el adecuado para hacer una historia experimental barroca», explica el cineasta, que ha mantenido las canciones originales para aquel espectáculo, pero que se ha alejado mucho en la historia que cuenta.

Diegues, con títulos en su haber como Xica da Silva (1976) o Bye bye Brasil (1978), ya no cree en el cine de historias reales y prefiere las historias barrocas. Una especie de «antinaturalismo» en el cine porque Diegues considera firmemente que las películas deben crear «una alternativa a la realidad que nos rodea».

Con O grande circo místico, precisa, «la idea era construir un filme que defendiera la tradición barroca de la cultura brasileña, hablar más de los sentimientos humanos que de la realidad», precisa el director.