‘Historia de un amor turbio’. Edición crítica de Carmen Fragero Guerra. Autor: Horacio Quiroga. Editorial: Alfar. Sevilla, 2018.

Corren tiempos difíciles para editores tradicionales y libreros por los cambios en el sistema editorial y el mercado y por los gustos de una mayoría de lectores desafortunadamente dirigidos -es el mejor término- hacia una literatura banal y de mero entretenimiento, que antes habríamos considerado de segunda, como los best sellers que nos invaden con sus bobadas policíacas. Nada que objetar a un arte de entretenimiento, siempre que no devore al arte verdadero y puro, relegado ahora, con los autores clásicos y con la música clásica, a estanterías perdidas y recónditas en los grandes emporios de las cadenas de librerías.

Todo ello va unido a una depreciación del buen cine -menos mal que tenemos en Córdoba a la Filmoteca-, a la buena música -menos mal que subsiste la música clásica, que es el arte más auténtico y difícil de los que hoy encontramos-, y a las artes plásticas -menos mal que tenemos a Banksy-.

Madrid es un gran ejemplo, con su enorme eclosión cultural, de la existencia de un público nutrido que se resiste a ser fagocitado por la barbarie tecnológica, por más que esta constituya un instrumento -no un fin- verdaderamente apreciable como forma de acceso, antes impensable, a una enorme cantidad de información, que está por cierto transformando nada menos que el sentido de la democracia en el siglo XXI, y el concepto de nuestra relación con el planeta de modo esperanzador -los viernes de Greta...-.

En ese punto difícil en que ahora nos encontramos, hay -sobre todo en Madrid- una gran cantidad de editores de casas pequeñas, que subsisten con tenacidad y valor para defender la auténtica literatura.

Es el caso, en Sevilla, del sello Alfar. Alfar hace compatibles ediciones de libros sobre el fútbol en Sevilla o la Semana Santa, con los textos que creo de verdad le importan. Compensa así una cosa con otra, y siempre con ediciones finas, de una hermosa estética e interesante contenido, que merecerían quizás una mayor difusión y atención por los medios de la prensa nacional. Y con la edición de ensayos que las grandes editoriales han abandonado.

El libro que ahora nos ocupa es un ejemplo de lo que estoy indicando. La edición que la profesora Carmen Fragero Guerra hace de esta obra de Horacio Quiroga (Salto, Uruguay 1878-Buenos Aires, 1937) es así verdaderamente impecable. Realizada con seriedad y amenidad, nos hace accesible un raro texto: Historia de un amor turbio, que apareció en 1908. Esta obra habría que situarla en el espacio de la literatura modernista de finales del siglo XIX, con el concepto decadentista de la cultura, de herencia francesa.

La época a que pertenece es de una singular riqueza, que eclosiona en los años 20 del siglo XX en la literatura occidental -europea y norteamericana-, y que vincula, bajo el faro omnipresente de un París riquísimo en expresiones artísticas -literatura, música, artes plásticas- a escritores hispanoamericanos con nuestro universo cultural, como el caso de Rubén Darío, o del propio Horacio Quiroga.

La profesora Fragero Guerra señala la huella de Poe y Baudelaire sobre este texto, y la de Dostoievski. Notemos que el autor ruso contribuyó a periclitar al naturalismo, en el ámbito de un espiritualismo esteticista.

La mencionada crítico hace un detenido análisis de otras obras de Quiroga, aportando interesante información de su recorrido creativo, y luego de las diversas ediciones que en Buenos Aires, Montevideo, México, Santiago de Chile o Madrid se han hecho de esta novela desde 1908 a 2014. En 1968 mereció ser editada por el destacado crítico Emir Rodríguez Monegal, a quien recuerdo por sus textos sobre Octavio Paz.

Recoge esta edición diversos aspectos biográficos, lo que es de singular interés para que de una vez por todas superemos la visión estructuralista, verdaderamente esterilizadora, de «la muerte del autor». Que alguien me explique cómo podemos comprender a un autor sin abordar su biografía y su pensamiento subsiguiente.

Glosa también su relación con el modernismo. Y a este efecto hay que señalar que los textos españoles e hispanoamericanos que nos ha legado la poesía del momento no hacen justicia, por su carácter edulcorado y muchas veces cursi, lo que fue un movimiento en el que la estética se convertía en una forma de profunda rebeldía frente a una sociedad que se quería transformar, y con vinculaciones anarquistas que ha estudiado muy bien Lily Lirvak, sobre todo en lo relativo al erotismo fin de siglo, y al anarquismo de la época, del que dejó testimonio Valle-Inclán en Luces de bohemia.

Invito así a leer esta curiosa novelita, cuya estructura se basa en los diálogos y en una prosa de poeta, que merece la pena rescatar.