Asentada sobre el interfluvio de los arroyos del Lanchar y Guadamatilla y atravesada por la A-422, se encuentra la localidad de Fuente la Lancha, que reúne la doble condición de ser el municipio de la provincia con menor término municipal -7,8 kilómetros cuadrados- y el menos habitado. Pero aquí llega la buena noticia, ya que si en las restantes 16 localidades de Los Pedroches ha bajado el censo, en Fuente la Lancha el padrón del 2018 recoge cinco habitantes más, llegando a los 350, aunque allá por el 2000 se acercaba a los 470 vecinos.

El alcalde, José Chaves, lo valora de forma positiva y destaca que hay vecinos que se marcharon en busca de un porvenir y que, tras jubilarse, regresan. Otro aspecto positivo es el hecho de que «como aquí el precio de la vivienda es muy bajo» hay alguna persona de fuera que se ha comprado una casa y, aunque no esté empadronado en Fuente la Lancha, viene los fines de semana y eso repercute en la economía local.

El principal ámbito económico en Fuente la Lancha es el agrícola y ganadero, en fincas de pequeño tamaño, de tipo minifundista. Pero hay jóvenes que se siguen marchando. El alcalde señala dos casos este último año. «Se han ido a Pozoblanco porque tienen el trabajo allí y consiguen ventajas en los impuestos».

Regidor por el PSOE y al frente del Consistorio desde el 2003, José Chaves relata su ilusión y empeño por mejorar la calidad de vida de sus vecinos. Con un presupuesto anual de unos 600.000 euros y la ayuda de otras administraciones, «hemos mejorado la zona recreativa y deportiva para que los jóvenes tengan un gimnasio y un campo de fútbol, vamos a arreglar la pista polideportiva, estamos construyendo una plazoleta mediante la adquisición de dos casas que estaban en estado ruinoso y se va a arreglar el salón de usos múltiples del recinto ferial». Además, ya se construye una nave en la Dehesa Boyal.

La escuela cuenta con 22 alumnos y dos profesores que imparten enseñanza a varios niveles a la vez y después los escolares siguen la ESO en Hinojosa. El alcalde se preocupa de que el colegio esté en perfectas condiciones y hasta se ha climatizado. Caso distinto es la residencia de mayores, ya terminada y que se ha tenido que hacer empleando los planes provinciales desde 1991. Como ha tardado tanto «ya hay exigencias legales que han cambiado, pero tengo la esperanza que la Junta se involucre en la apertura». Respecto a la cubierta de la iglesia, ya le ha dicho al obispo que hay que repararla.