Inmersos en plena campaña olivarera, la empresa Todolivo celebró ayer una jornada de campo con periodistas especializados y generalistas de diferentes medios nacionales, e incluso de Portugal, para dar a conocer sus experiencias en el cultivo del olivar en seto, cuya principal ventaja es que el 100% del aceite que se consigue en una finca sea de la máxima calidad, gracias a la velocidad de recolección de cosechadoras, que permiten recoger la totalidad del fruto del árbol sin tocar el suelo, cuando la aceituna tiene el mejor momento de maduración para conseguir un aceite de extraordinaria calidad. Las experiencias de esta compañía se está desarrollando en otros países, como Portugal, Marruecos, Túnez, Francia, Italia y Acerbayán.

En ella, el gerente de la compañía, Alfonso Gómez, fue desgranando la evolución de sus 20 años de trabajo, desde que iniciaron el proceso de revolución de este tipo de olivar en Pedro Abad, donde realizaron sus primeros ensayos de marcos, podas, variedades y donde despejaron todas sus dudas sobre este sistema de cultivo. Posteriormente se desplazaron a la finca La Mata, en Villafranca, donde está desarrollando su programa de mejora genética, en la que han obtenido 38 variedades de forma natural, mediante polinización cruzada, de distintas variedades, que luego se han acompañado con una colección nacional e internacional de 19 variedades de olivo que van a servir de testigo para compararlas con las anteriores. Este programa de mejora lo inició Todolivo en el año 2007 y está finalizando.

Gómez explicó que «estas 38 variedades han superado en productividad, precocidad a sus padres». Añadió que «en la última fase hemos plantado cada una de esas variedades de forma masiva, creando hermanos gemelos, plantando filas completas, con 9 ensayos diferentes para que la información que den sean lo más significativa posible». Este año ha recolectado uno de esos nuevo ensayos «y los datos recogen que la precocidad y la productividad es altísima, reforzando la información que nos dieron en su día en Pedro Abad, cuando estas variedades las plantamos de forma individual, junto con otras más de 2.000 variedades, pasando el corte estas 38, que han superado a sus padres».

Las consecuencias son que se han pasado de sembrar 2.000 plantas por hectárea a casi la mitad, disminuido en casi un 40% el coste de inversión y provocando una mejora de un 30% en los costes de mantenimiento. También se han disminuido los costes de recolección, «que suponen casi el 40% de los gastos de explotación de un olivarero a lo largo del año, siendo capaces de recolectar en una hectárea, en los marcos nuevos, en torno a una hora, lo que cuesta entre 1 y 3 céntimos un kilo de aceituna». Así, Todolivo consigue un producto de calidad de una forma muy eficiente.