La Asociación Turdulia ha documentado el hallazgo de un conjunto megalítico de época prehistórica cerca de Belalcázar compuesto por un megalito con decenas de petroglifos de cazoleta (o pequeño hueco artificial excavado en la superficie de algunas rocas) tallados en su superficie, un crómlech (o monumento de piedra formado por una serie de menhires que cierran un espacio circular) y varias estelas lineales cuya datación podría ubicarse probablemente en el Neolítico (5500 a.C.- 3000 a.C.).

El yacimiento se encuentra localizado en la zona conocida bajo el nombre de ‘El Cambrón’, dentro del término municipal de Belalcázar; en unos terrenos actualmente utilizados para la labranza y muy cercanos al arroyo que le da nombre.

El elemento principal y más característico del conjunto es el megalito. Se trata de una gran roca que surge sobre el terreno como afloramiento natural granítico -muy abundante en la zona junto con la pizarra-, con gran cantidad de pequeñas hendiduras de diferentes tamaños en forma de cuenco repartidas por la práctica totalidad de su superficie y en un número que bien podría superar el centenar.

Cabe destacar en primera instancia la inequívoca acción humana llevada a cabo sobre la roca, no siendo posible explicar geológicamente que esta se erosione de forma natural dada la dureza de la misma, y menos aún con estas formas tan características.

También han localizado varias estelas lineales dispersas por su cauce. Se trata de litos rayados por alguna de sus caras que componen un arte no figurativo consistente en líneas rectas o en zigzag trazadas en diferentes direcciones y grosores que decoran por completo su superficie. Aunque se desconoce con exactitud su posible función, han sido encontradas igualmente en otros yacimientos prehistóricos descubiertos por la Asociación y no se duda de que formaban parte de algún modo del conjunto anteriormente descrito.