Baena rendirá homenaje a dos baenenses ilustres: Francisco Núñez de Prado y José Ruiz Santaella.

En el último pleno de la Corporación, a petición del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Baena, se acordó nombrar hijo predilecto de la ciudad a Francisco Iván Núñez de Prado, «dedicado de una forma u otra al olivar y al aceite toda su vida». A principios de los años 80, tras finalizar su etapa de acceso al cuerpo diplomático del Reino de España, regresó a Baena y su «nueva forma de sentir el significado del olivo y su importancia» le llevó a implicarse de forma decidida en el impulso y desarrollo de la Denominación y desde 1997 a 2016 se situó en la primera línea de la dirección del Consejo Regulador, donde estuvo ocho años como vicepresidente y 11 de presidente. Un amplio periodo que estuvo marcado por un fuerte apoyo institucional y científico al consumo del aceite de oliva, en el que «la certificación de nuestros productos, así como la apuesta incondicional para garantizar la calidad en los mercados internacionales, se mostró como el principal reto de cara a la actual regulación del mercado mundial».

La otra moción sobre Ruiz Santaella fue propuesta por el PP y asumida por todos los grupos. Este baenense terminó su carrera de ingeniero agrónomo en 1931 y amplió estudios en Alemania, donde conoció a la que sería su mujer. En 1942 tomó posesión como nuevo Agregado de Agricultura en Berlín. Entre abril y septiembre de 1944 José Ruiz y Carmen Schrader lograron esconder a tres mujeres judías en su casa de Diedersdorf bajo identidades falsas y como personal doméstico. Tras su estancia en varios países europeos, en 1955 regresó a España para fundar la Estación de los Grandes Regadíos de Córdoba, que dirigió hasta 1970, compaginándola con la responsabilidad al frente de la Escuela Técnica de Ingenieros Agrónomos de Córdoba. José Ruiz y su esposa han sido de los escasos españoles que distinguidos como Justos entre las Naciones. A su labor humanitaria siguió una brillante trayectoria investigadora en la faceta agraria.

Por todo ello, el Pleno aprobó rotular una calle o plaza con su nombre.