Jesús Campos es uno de los pocos jóvenes gitanos de Palmeras que ha titulado. «Estuve en el CEIP Duque de Rivas hasta que me cambiaron al Churruca en Miralbaida, fue duro, ir a clases de refuerzo me hacía sentir el tonto de la clase». Lo pasó aún peor cuando dio el salto al instituto. «Me sentía fuera de lugar, hacía trastadas para que me echaran». Su madre lo llevaba a hacer talleres «de esos que han quitado con los recortes» donde desarrolló habilidades sociales y, con 19 años, viendo que no tenía futuro, decidió estudiar Comercio y Márketing. Adsam y Cáritas le pagaron la matrícula. «Yo tenía miedo a salir del barrio y que la gente me mirara mal por hablar más alto o no saber lo que sabían los demás».