En mayo del 2018, la Fundación Museo del Ejército organizó en Toledo el primer Foro Ejército-Empresas bajo el título Fuerzas Terrestres 2035. El Foro fue inaugurado, entre otros, por el general del Ejército de Tierra Francisco Javier Varela, que dará nombre a la base logística que implantará el Ministerio de Defensa en El Higuerón, decisión anunciada la pasada semana. A aquel evento acudió el Ejército de Tierra, conocedor de que el foro era una oportunidad de intercambio de información entre el Ejército y las empresas del sector de la defensa, cuando ya se pergeñaban los primeros apuntes de la Fuerza 2035, en la que se plasmaban las ideas de hacia dónde debía confluir el Ejército español para convertirlo en una fuerza moderna, optimizando las estructuras de la organización y dotándolas de los recursos tecnológicos más avanzados.

A aquel foro en Toledo, hace casi tres años, acudieron casi 40 empresas del sector, tanto nacionales como extranjeras, pero hubo una institución que vio más allá y vislumbró cómo debía ser el marco de colaboración del Ejército con otros sectores civiles. Representantes de la Universidad de Córdoba asistieron al evento, siendo la UCO la única universidad presente en el foro, adelantándose a lo que luego, a partir del segundo encuentro, ya se aceptaba como una realidad: la defensa futura debía sostenerse sobre dos pilares y no uno, añadiendo al factor empresa el de la universidad, el conocimiento, la investigación y que la propia Defensa se convirtiera en el dinamizador y la confluencia de ambos. Así, lo que inicialmente se planteó como un marco de colaboración casi comercial en exclusiva entre el Ejército y la empresa se convirtió en un triángulo en el que el plan de Defensa se sostenía sobre la empresa y el conocimiento, planteando a ambos sus necesidades para que estos colaboraran con el objetivo de cubrir dichas necesidades.

Aquel primer encuentro fue revelador y el segundo ya no se denominaría Foro Ejército-Empresas, sino Foro 2D+I. A partir de ahí, la Universidad de Córdoba pudo poner en valor el trabajo de dos décadas de investigación en diferentes campos que son cruciales para iniciar el camino a la reducción de la dependencia tecnológica exterior del Ejército español. Se estima que el sistema de Defensa español es deficitario tecnológicamente en un 80%, es decir, que cualquier sistema utilizado por el Ejército tiene en su gran mayoría una dependencia tecnológica del exterior.

Programas e investigadores de la UCO dieron ese primer paso hace ya casi dos décadas con estudios sobre movilidad y sistemas antivuelco de plataformas terrestres, investigación sobre el vehículo Aníbal, estudios para avanzar en la eliminación de ruidos en el interior de plataformas terrestres, así como de inteligencia artificial, energía, medio ambiente y sostenibilidad o sobre eficiencia energética. De hecho, hace ya más de una década el primer estudio sobre eficiencia energética en una base militar lo realizó la UCO para el Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas número 2, situado en El Higuerón, precisamente. Otros estudios que se realizan en la universidad cordobesa desde hace lustros investigan sobre nuevos materiales y análisis de los mismos --para ganar en resistencia y reducir peso-- o sobre la huella electromagnética de las plataformas terrestres. Un proceso investigador que se ha mantenido y potenciado en la etapa reciente de la UCO.

Pero, ¿cómo convertir en motor económico para una ciudad la propia investigación o la instalación de una base logística? Por un lado se encuentra el ya mencionado factor empresa, en el que también en Córdoba se creó hace algo más de un lustro un clúster de innovación sobre la defensa constituido por media docena de empresas de Córdoba, fundamentalmente del sector del metal. En ese clúster, que a partir de ahora deberá crecer con la llegada de la base logística, jugará un papel fundamental la pequeña y mediana empresa. Generalmente, el espíritu del programa Brigada 2035 se encuentra focalizado en que esa tecnología, logística e industria sean suministradas más por pequeños fabricantes situados a pocos kilómetros que por grandes multinacionales que, generalmente, imponen sus criterios no solo en el suministro, sino incluso en la propia tecnología. El programa del Ejército intenta evitar eso y, al contrario, pretende que esas pequeñas y medianas empresas desarrollen los procesos de investigación conforme a las necesidades específicas del Ejército de Tierra. Por lo tanto, la base logística de El Higuerón deberá tener todo un cinturón de apoyo en su entorno conformado por empresas cercanas, incluso locales, trabajando bajo las ideas generadas por los investigadores que, a su vez, las han ejecutado siguiendo las especificaciones que necesite Defensa, en este caso, la base logística.

Existe un apartado añadido de interés para la instalación que ha de recalar en Córdoba. Recientemente, la UE aprobó el programa de fondos para la Defensa Europea 2020-27, en el que destinará siete mil millones de euros (mil millones de euros cada año) para programas destinados a la defensa de cada país. El reto para España, y sobre todo para la base logística situada en Córdoba, es captar una mayor parte de esos fondos, hasta ahora infrautilizados por el país. En ello, también Córdoba deberá poner su foco.

INVESTIGACIÓN

El programa Coincidente, referencia

Defensa lo creó hace 35 años para captar toda la iniciativa tecnológica civil utilizable por el Ejército

El programa Coincidente (Cooperación en Investigación Científica y Desarrollo en Tecnologías Estratégicas) fue creado en 1985 por el Ministerio de Defensa con el objetivo de aprovechar las tecnologías de carácter​ civil desarrolladas en el ámbito del Plan Nacional de I+D para incorporar soluciones tecnológicas innovadoras de interés para la Defensa, fomentando así el tejido industrial, científico y tecnológico.

Los proyectos del programa son cofinanciados por el Ministerio de Defensa en un grado que oscila entre el 20% y el 80%, dependiendo del interés que tenga cada proyecto para la defensa, su carácter innovador, su interés tecnológico o la magnitud de la empresa que lo presenta.

En los últimos 35 años, el programa Coincidente ha sido un instrumento esencial para promover la capacitación de la base científica, tecnológica e industrial nacional en las áreas tecnológicas de interés para Defensa. El programa está abierto a la participación de empresas, universidades, centros de investigación u organismos públicos de investigación.

Una vez al año, la DGAM (Dirección General de Armamento y Material) publica una resolución en el BOE convocando el proceso de selección de proyectos de I+D susceptibles de ser incluidos en el ámbito del programa. Tras una fase previa de negociación con el proponente, se formaliza el correspondiente contrato administrativo para llevar a cabo los trabajos acordados.

El desarrollo de cada proyecto se basa en una escala de madurez del mismo o punto de progreso en el que se encuentra, que va desde el TRL1 al TRL9. Los tres niveles más bajos (TRL1, TRL2 y TRL3) se pueden encuadrar en un momento iniciático del proyecto, de planteamiento de la idea y para completar la investigación. La fase intermedia, que abarcarían los pasos TRL4, TRL5 y TRL6, abre la puerta al desarrollo de los prototipos y la creación de los primeros demostradores, mientras que en la fase final, los tres últimos pasos (TRL7, TRL8 y TRL9), supone la obtención de los sistemas y las pruebas reales finales con el producto que ha de incorporar finalmente Defensa.