Los trabajos empezaron en diciembre. La primera sorpresa fue una necrópolis romana y estructuras islámicas. En febrero habían aflorado una treintena de enterramientos de entre los siglos I y II. En marzo llegó la segunda sorpresa, un muro califal de entre los siglos X y XI, de 17 metros. Cultura explica que todo ello ha ido aumentando plazos y presupuesto. La necrópolis afloró al Oeste, mientras que en el centro, donde no se preveían restos, aparecieron vestigios de diez muros de origen islámico, algunos "muy interesantes" por la disposición y "perfecta" ejecución de los sillares de piedra. El plazo para acabar la obra es el 2018.