Sergio Ramos, el defensa internacional del Real Madrid, mostró en diversos medios la alegría de que un caballo de la yeguada SR4 de su propiedad se proclamara campeón del mundo en el pasado Salón Internacional del Caballo (Sicab) celebrado en Sevilla. Si la alegría se pudiera medir posiblemente no fuera la persona más feliz por este hecho. Rafael Eraso, ingeniero, empresario y ganadero cordobés rivaliza, por la misma causa, en nivel de alegría.

El motivo, el caballo Yucatán, que fue comprado hace dos años en Cabalcor por el futbolista a Yeguada Torrehermosa, propiedad de una sociedad familiar cordobesa presidida por Rafael Eraso. Ramos le puso su apellido al ejemplar, un caballo impresionante que va de victoria en victoria y que fue campeón joven en el Sicab en 2016.

Este título supone un premio para Eraso, Ramos y todos los ganaderos de caballos de pura raza española (PRE) cordobeses y, muy especialmente, para Yeguada Torrehermosa (con sedes en Fuente Obejuna y Santaella). La repercusión mediática que supone que el capitán de la selección que ha conseguido los mayores éxitos en la historia del fútbol español asocie su nombre al prestigio del PRE es «sencillamente impagable», según Eraso.

Este triunfo de un ejemplar criado en Torrehermosa no es casual. Sus caballos compiten en España y Europa en concursos morfológicos y doma clásica, mostrando, una vez más, la calidad de las ganaderías cordobesas. Es producto del trabajo y el criterio de generaciones. Sus ejemplares tienen buen carácter, salud, movimientos y corazón para el trabajo, a lo que se añade, o más bien se les exige, según un personaje clave en Torrehermosa, Alfonso Crespín, «la belleza de las caras y la dulzura en la mirada de las yeguas de Lovera». Para la buena salud y carácter es determinante criarlos en espacios abiertos con buenos pastos, en libertad, «haciendo lo que les da la gana», que, como dice su hermano Eduardo Eraso, «es como mejor estamos los animales». Y esto es lo que cautivó una mañana de septiembre de hace dos años al hombre de confianza de Sergio Ramos, Pepe Palma, en la Huerta del Alcázar cuando se bajaba del transporte Yucatán para participar en Cabalcor. Y lo que enamoró a Ramos, tanto que le dio su apellido, Yucatán de Ramos.

Rafael Eraso es un ganadero que conoce perfectamente la historia ecuestre de Córdoba -siglos de historia- y es consciente de que Córdoba, como en otros sectores, está muy por debajo del lugar que debería ocupar en el mundo del caballo. Pero indica que el futuro del caballo en Córdoba y en su economía depende de lo que se haga en las Caballerizas Reales y de la «magnífica labor» que hace Córdoba Ecuestre. Bien gestionado el edificio, dice Eraso, «con los servicios y belleza de Córdoba y las comunicaciones por AVE y los cercanos aeropuertos de Málaga y Sevilla», crearía riqueza en muchos sectores y aumentaría el prestigio ecuestre de la ciudad.

Caballo motivo de alegría, tanto que cuando Eraso le dijo a Ramos lo contento que estaba por el triunfo de Yucatán, éste respondió «¡Pues anda que yo!».