El sector hostelero de la provincia ha sido especialmente golpeado por la pandemia de coronavirus. Demasiados puestos de trabajo se han perdido desde los primeros días del mes de marzo. Algunos de los que lo están pasando peor son los heladeros, los mismos que habitualmente nos endulzaban estas fechas con sus sabrosos productos.

El confinamiento para los heladeros llegó justo cuando comenzaba su particular temporada alta que arranca con la Semana Santa y el mayo festivo.

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José Vicente Espí es el presidente de la Asociación Provincial de Heladeros Artesanos de Córdoba (Aphacor) que agrupa a 32 empresarios. Espí es además uno de los socios, que poseen La Flor de Levante desde 1934, una de las empresas de este sector más conocidas en Córdoba. Espí cuenta que el perfil medio de una heladería artesanal es el de «un negocio familiar que trabaja los helados de una manera artesanal. Tienen entre uno y seis puntos de venta».

«Muy pocas son las heladerías ligadas a nuestra asociación que han abierto por ahora, solo una en Córdoba y otras dos más en La Rambla y Aguilar de la Frontera», cuenta el presidente de Aphacor.

La venta a domicilio no tiene por el momento muchos seguidores entre los heladeros. «La venta a domicilio solo pueden hacerla los negocios puramente familiares, pero más que nada por entretenerte, pues por el momento no da ni para pagar el alquiler», lamenta José Vicente Espí.

Un futuro incierto

Nadie sabe lo que pasará a partir de ahora, aunque «algunos negocios como el mío estamos empezando ya a valorar la opción de abrir, siempre con las medidas sanitarias de protección que hagan falta», asegura Espí, que defiende el valor del helado artesano, pues «no tiene nada que ver con el industrial».

La única heladería artesanal de la ciudad de Córdoba que sirve al público estos días es Buonísssimo, que se encuentra en Ronda de Isasa, 2 (Paseo de La Ribera). Su dueño, Daniele Scolari, dice que «empezamos con la venta a domicilio el viernes de la pasada semana. Se pueden hacer los pedidos por teléfono al número 647 06 40 01 o a través de nuestra página web Buonisssimo.es. A través de la web se pueden pedir helados las 24 horas del día y hasta elegir el día en el que los sirvamos».

Escolari ha debutado con la crisis del covid-19 en la venta a domicilio, así que ve normal que «la venta a domicilio vaya por el momento tranquila». El servicio que ofrece se basa en «vender los helados en envases de medio litro o de un litro. Por compras superiores a los 15 euros no cobramos nada por llevar el pedido a casa», cuenta.

El gerente de Buonísssimo lamenta que «hemos sido afectados por esta crisis de una manera tremenda. Ya hemos perdido la Semana Santa y las fiestas de mayo. Desde luego, recordaremos esta temporada toda la vida, pues además no espero que los próximos meses sean parecidos a los de otros años. La gente saldrá menos por miedo a exponerse al contagio y los datos del paro dicen que la gente tendrá más cuidado al gastarse el dinero».

Otro dueño de heladería es José Ambrosio, responsable de Il Piamonte, que se encuentra en la Plaza Flor del Olivo, s/n. Ambrosio quiere abrir en los próximos días estrenándose con la venta a domicilio y presencial al mismo tiempo. «Queremos tener nuestro propio repartidor en un horario que iremos adaptando a la demanda», dice.

Ambrosio se queja con amargura de que «esta crisis nos has afectado mucho. Normalmente trabajamos seis personas y por ahora abriré yo solo. Hemos perdido la época de más venta del año, pues en Semana Santa y mayo vendemos al mediodía y por la noche, si el tiempo ayuda, y en verano solo por la noche».