La Dirección General de Tráfico plantea dar más adelante otra vuelta de tuerca a la regulación sobre vehículos eléctricos y exigir a sus propietarios seguro de responsabilidad civil, chaleco reflectante y casco. La decisión no está tomada, solo en fase de reflexión. Lo que descarta por completo es la creación de un carnet como existe en países como Israel. Desde enero, en ese país, para ir en patinete eléctrico y bicicleta es obligatorio obtener una nueva licencia de conducir, denominada A3, disponible a partir de los 15 años y medio, tras haber seguido un cursillo en la escuela.

Un vez se apruebe el real decreto, la DGT tiene previsto publicar en unos dos meses el denominado manual de especificaciones técnicas, que entre otras cosas establecerá la obligatoriedad de llevar luces delanteras, traseras y de frenado, intermitentes, frenos de disco, velocímetro, manillares de ancho homologado y una placa identificativa con un código QR.

«El limbo legal y las trabas han hecho que mucha gente se desanime. El año pasado vivimos un boom, en todas las tiendas vendíamos algún patinete cada semana, pero este año ha habido un desplome. Ahora puede pasar un mes sin que salga ninguno», explica Raquel Álvarez, administradora de Cityboard, una de las empresas punteras de este sector. Su sensación es que el patinete ha sido «una moda que está pasando».

«Ahora lo que triunfa y a lo que nos dedicamos cada vez más es a la bicicleta eléctrica plegable. Por algo más de dinero, tiene muchas más prestaciones: si se acaba la batería no te quedas colgado y puedes ir por todas partes», explica. Si un patinete eléctrico bien equipado puede salir por unos 500 euros, por 200 más se puede adquirir una bici eléctrica plegable, cuenta Álvarez.