La falta de lluvias está empezando a preocupar en el sector agrario, no solo por la disminución del recurso almacenado, sino porque hay cultivos que se encuentran ya en un situación crítica. Este el caso de los cereales, que, según Asaja y UPA, arrojarán unos resultamos malísimos, de no cambiar la situación.

El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, señaló a este periódico que «da pena el aspecto que tiene el cereal en algunas zonas de la provincia. Hay zonas que ya no tienen remedio». Por su parte, Miguel Cobos, secretario general de UPA Andalucía, indica que «este año tendremos una campaña malísima, no será bueno ni el grano ni la paja».

Para salvar la situación debería llover en los próximos días al menos 50 litros por metro cuadrado, en estimaciones de Cobos, mientras que Fernández de Mesa es algo más exigente, «para revertir algo la situación, que es insalvable en muchas parcelas, debería llover hasta hacer daño».

La situación actual de los cereales de invierno, según la delegación de Agricultura de la Junta, es la del «finalización del encañado, aunque ya se ven algunas parcelas espigando, sobre todo en las parcelas de secano, debido al adelanto del ciclo por las temperaturas suaves y la ausencia de precipitaciones».

En muchas zonas, indica el informe de la Junta, «comienzan a acusar síntomas de falta de humedad, en esta etapa crítica del desarrollo del cultivo, lo que afectará al rendimiento de los cereales de secano».

En la provincia de Córdoba, según las estimaciones de las organizaciones agrarias, se han sembrado entre 100.000 y 130.000 hectáreas de cereales, muchas de las cuales, dadas las condiciones climatológicas de este año, no pagarán los costes de producción, porque, según explica Miguel Cobos, «al precio que tiene cada riego y la infraestructura necesaria, no llega a costear la inversión realizada». Además del trigo, la cebada o la avena, que son los cultivos que más están sufriendo esas condiciones, otros, como el girasol, están acusando un retraso en las labores ante la falta de humedad en las parcelas. El maíz, dice Miguel Cobos, «es un auténtico desastre, por eso muchos agricultores están abandonando este cultivo».