¿Por qué ardió esa montaña de plástico? ¿Fue intencionado? ¿Fue fruto de una negligencia? ¿Se podía haber evitado? ¿Fue un accidente o el resultado de un incumplimiento de la empresa? Todas estas preguntas y muchas más siguen sin respuesta después de los cinco días de incendio en la planta de reciclaje de Recicor XXI, del Grupo Barea, situada en la carretera de Guadalcázar. Cinco días de incertidumbre que han discurrido entre dudas sobre los posibles efectos tóxicos de la inmensa nube de humo que ha sobrevolado Córdoba durante muchas horas y que persisten pese a que la Delegación de Medio Ambiente de la Junta no ha dejado de repetir que «no hay ningún peligro para la salud».

De repente, un incendio // El pasado domingo saltaba la noticia. No hacía falta ni consultar los periódicos para saber que algo gordo estaba ocurriendo. Desde kilómetros de distancia de Córdoba, se podía ver la enorme nube de humo que coronaba una zona próxima a la ciudad. Poco después, los medios ardían explicando que el fuego estaba arrasando toneladas de plástico en una planta de reciclaje y que los bomberos estaban trabajando para intentar extinguirlo lo antes posible. Desde primera hora, dado el material altamente inflamable, se sabía que la cosa no iba a ser rápida. Máxime con las altas temperaturas de estos días y sin lluvias a la vista en ese momento.

Cinco días y cuatro noches seguidas ha permaneccido el personal de Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Córdoba al pie del cañón, intentando apagar las llamas que se resistían al agua y que ha habido que sofocar asfixiando el fuego con camiones y camiones de arena y cenizas que la misma empresa se ofreció a echar sobre el terreno cuando se constató que el agua no era suficiente.

La empresa // El fuego aún estaba en pleno apogeo cuando la escena política y social se caldeaba en torno al suceso, reclamando información y papeles sobre la situación legal de la empresa. Desde primera hora, la Junta de Andalucía ha asegurado que los niveles de partículas contaminantes detectados sobre la ciudad eran normales y que no existía riesgo alguno para la ciudad, motivo por el cual en ningún momento se ha puesto en marcha protocolo alguno ni se han lanzado recomendaciones a la población. El delegado de Medio Ambiente, Francisco de Paula Algar, ha reiterado esta versión en varias ocasiones mientras que ha ido haciendo pública información sobre la empresa. Según lo que ha trascendido, Recicor XXI tenía todos los papeles en regla en cuanto a autorizaciones aunque en mayo del 2016 se le hizo una inspección donde se detectaron una serie de deficiencias, no consideradas lo bastante graves como para clausurar la planta, que podrían no haber sido subsanadas en su totalidad aún. Tampoco hay certeza de que se hayan registrado incumplimientos posteriores que puedan estar detrás de lo ocurrido. Eso está por ver.

Por su parte, el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento y la oposición municipal ha exigido a la Junta conocer todo el expediente relativo a esta empresa y a la actuación de los técnicos tras lo ocurrido. Sobre los efectos contaminantes del fuego, las fuentes no se ponen de acuerdo. Expertos consultados por este periódico aseguran que el incendio no ha afectado al aire mientras Ecologistas en Acción o la plataforma Aire Limpio aseguran que el fuego ha liberado furanos y dioxinas altamente cancerígenas, sustancias que la Junta no contabiliza en sus medidores de partículas.

Apagado el fuego // El jueves por la tarde, el Ayuntamiento informaba de que el fuego quedaba por fin extinguido. En cuanto se pueda acceder a la zona, está previsto que la Guardia Civil envíe a un equipo especializado en incendios junto al Seprona para estudiar las causas de lo ocurrido. El Ayuntamiento y Medio Ambiente también elaborarán sendos informes.