-Córdoba por la Diversidad nace después del éxito de la primera marcha Lgtbi de 2017. ¿Qué balance hace de estos años al frente de esta plataforma?

-La plataforma nació con la unión de todos los colectivos Lgtbi de la ciudad y el balance es muy bueno. De no haber nada en la provincia, hemos llegado a crear un tejido social y cultural importante, pero es verdad que queda mucho por hacer. Además, este año ha sido muy difícil dentro de la plataforma, porque hay dos modelos de orgullo y hemos intentado llevar uno en consenso de todos los colectivos que integran la plataforma.

-¿Cuáles son esos modelos?

-El modelo de orgullo que organizan los colectivos Lgtbi sin apenas ayuda de nadie, todo lo más puntual, de alguna administración, como el Ayuntamiento, y otro modelo que quiere capitalizar el orgullo, abrirse más a las empresas y mover más dinero.

-¿Y cuál defiende?

-Yo defiendo un orgullo reivindicativo, participativo, plural, diverso y que emane de los colectivos. Bastante capitalizada está ya la sociedad como para capitalizar también los derechos Lgtbi.

-Esa disyuntiva no sólo se dará en Córdoba, supongo.

-No, en Madrid se celebran dos orgullos: el orgullo crítico que se hace el 28 de junio, y luego está el orgullo fiesta.

-Al margen de esas discrepancias, en estos años se ha pasado de una Córdoba donde no había nada a una Córdoba que celebra marchas multitudinarias.

-Sí, hace años lo único que se hacía era leer un comunicado a las puertas del Ayuntamiento. El cambio se ha dado gracias a la unión de los colectivos y a haber sacado a las calles de Córdoba lo mejor de todos.

-¿Por qué cree que han tenido tanto éxitos las marchas?

-En Córdoba la gente estaba acostumbrada a manifestaciones clásicas como la del 1 de mayo, a las que cada vez van menos personas. Nosotros hemos llegado a gente que nadie llegaba, por ejemplo, a los chicos de los institutos. Además, creo que el clima actual lo favorece, porque lo único que escuchamos son humillaciones y ataques contra personas Lgtbi. Creo que a esas marchas la gente ha ido para decir: oye, no estáis solos.

-Por contra, eso ocurre en un momento político en el que un partido pide la abolición del matrimonio homosexual. ¿Qué opina?

-Es lamentable que Vox se meta con lo que hace la gente en su casa y en su cama, eso es fascismo, pero lo mejor de todo es que la sociedad ha salido a pararlo. En la marcha de Córdoba se vieron muchas pancartas en alusión a esos ataques. Se han ganado ellos mismos el enfrentamiento con el colectivo Lgtbi, al igual que pueden ganárselo otros que pacten con ellos en torno a los recortes a los derechos Lgtbi.

-¿Qué le pide a quien piensa en la homosexualidad como una enfermedad?

-Le pido que lea y se informe. Le diría que mirase a mi madre o a Carmen Ceballos, madre de una persona trans, y que le dijese que somos unos enfermos.

-Además de las marchas, ¿en qué ámbitos ha trabajado la plataforma para ayudar a la visibilización del colectivo en Córdoba?

-En la calle y en los colegios, gracias al sindicato Ustea. Hemos hecho una guía didáctica que explica las diferencias entre identidad y género, porque aún hay que gente que sigue metiendo en el mismo saco a un transexual y a una persona gay o lesbiana. También hemos estado trabajando en la Diputación de la mano de Ana Guijarro. Con ella hemos iniciado el plan transversal contra la no discriminación del colectivo.

-¿Córdoba es una ciudad amable con el colectivo Lgtbi?

-Sí, pero agradece poco. Es verdad que se ha visto muchísima gente en las marchas, pero también sigue habiendo ataques, sobre todo en redes sociales, que duelen. Queda mucho por hacer. Para trabajar en política Lgtbi hay que creérsela y ojalá entrase alguien a este Ayuntamiento que creyese en la política Lgtbi y dejaran de hacer postureo con la igualdad.

-¿Hay postureo de los políticos hacia ustedes como colectivo?

-Sí, porque el colectivo Lgtbi vende. El Ayuntamiento le ha dado poco al colectivo, apenas una batucada y un escenario para las marchas, pero para la foto han querido estar todos.

-¿La homofobia se cura?

-Eso es lo que se debe curar. A quien cree en las terapias aversivas le diría que vaya pero a curarse él, no que nos mande a los demás que sabemos qué queremos.

-¿Qué es lo más indignante que ha vivido en primera persona?

-Estar trabajando, que te digan «maricona de mierda», quererte pegar incluso, que intervenga la Policía y que a la hora de la denuncia te diga el agente que decirte maricona no es denunciable.

-¿Por qué hay que celebrar el día del orgullo?

-Cuando alguien dice que por qué no hay día del orgullo hetero respondo que porque una pareja va por la calle de la mano y nadie le dice nada. A nosotros nos ha costado muchos años poderlo hacer y aún hoy vamos de la mano con miedo. El problema es que hay formaciones políticas que están alimentando ese odio.