Córdoba tiene 29.700 hogares en los que todas las personas que tienen 16 o más años y que se encuentran en disposición de trabajar están paradas. Este es el resultado recogido en la última Encuesta de Población Activa, que pone de relieve, además, que el número de viviendas en esta situación ha crecido en alrededor de 2.700 durante la última década (un 10% más en términos porcentuales), pese a que distintas voces apuntan que se está produciendo una salida de la crisis económica. El dato cordobés contrasta con la evolución registrada en Andalucía, que tiene 273.000 hogares con todos los activos parados y estos representan 22.000 menos que en el segundo trimestre del 2009 (un 7% menos).

Economistas y sindicatos cordobeses explican que la recuperación no ha llegado a las familias y que, en muchos casos, cuando sus miembros logran un empleo se enfrentan a la temporalidad y la parcialidad de los contratos. En esta línea, la información del Instituto de Estadística de Andalucía (IECA) pone de relieve que la cifra de hogares con todos los activos parados se ha reducido un 4% en el último año en la provincia (hay en torno a un millar menos respecto al segundo trimestre del 2018). Sin embargo, el comportamiento ha sido menos positivo que el experimentado en la comunidad autónoma, donde ha bajado un 12% (36.000 menos).

En cuanto a la situación del resto de las viviendas, la estadística arroja algunas cifras como que Córdoba cerró el primer semestre con 301.000 hogares y, de estos, el 72% tiene a personas en disposición de trabajar, el mismo porcentaje que en Andalucía, donde existen 3.226.153 hogares. No obstante, si bien en la provincia el 67% de estas viviendas tiene a todos los activos ocupados, a nivel regional el porcentaje se eleva a un 70%.

Por otro lado, ha crecido el número de viviendas en las que no hay ninguna persona que quiera entrar en el mercado laboral o donde las que lo desean están en el paro. Así, 113.600 hogares cordobeses no perciben ingresos procedentes de un empleo, lo que representa un 38% del total, dos puntos más que hace una década. En el caso de Andalucía, en el segundo trimestre de este año había 1.172.100 viviendas que no recibían ingresos del trabajo y estas eran el 36% del total, después de registrar el mismo incremento que se ha detectado en Córdoba desde el 2009.

Pedro Pablo Pérez, profesor de Economía de la Universidad Loyola Andalucía, estima que

«la crisis empezó para nosotros en el 2009, aproximadamente», y recuerda que al cierre del 2013 (que tuvo parte del periodo más duro junto con el 2014) la provincia tenía 47.260 hogares con todos los activos parados y 116.280 con todos ocupados. Los datos del segundo trimestre del 2019, por tanto, apuntan a una mejoría notable respecto a los peores tiempos para la economía, pero «no se ha recuperado todo el empleo que perdimos». En este sentido, comenta que «Córdoba ha tenido un periodo donde el azote de la crisis ha sido muy fuerte y no ha habido actividad suficiente para salir de ella con la misma fuerza que otras ciudades como Málaga o Madrid». A esto añade que «no se ven visos de que se pueda recuperar todo lo que se perdió en breve tiempo, porque es posible que entre una nueva recesión». Este profesor de la Loyola Andalucía opina que «los mejores talentos salen fuera» y entiende que, para mejorar su situación, Córdoba tendría que fomentar las inversiones, la generación de actividad industrial y la implantación empresarial. Así, cree que «los emprendedores lo encuentran muy difícil en Córdoba y, si no hay facilidades para crear actividad, nos vamos a quedar con una economía de servicios».