Los cordobeses regresan en estas semanas a las playas de la vecina Málaga, donde vuelven a encontrar un ambiente familiar (en algunos casos, los veraneos en el mismo pueblo pasan de generación a generación), aunque con las muchas medidas de protección impuestas por la pandemia de coronavirus. Fuengirola, Torremolinos, Torre del Mar, Torrox y Benalmádena son solo algunos municipios en los que la provincia disfruta asiduamente de su ocio y sus vacaciones, y la autorización para circular por todo el territorio andaluz (previa a la finalización del estado de alarma) fue el pistoletazo de salida para que muchas familias disfruten de días de sol y playa, principalmente, en segundas residencias e inmuebles de alquiler.

Un paseo por el barrio de Los Boliches, en Fuengirola, permite comprobar que muchos cordobeses han retomado sus viajes a la zona y el concejal de Turismo del municipio, Rodrigo Romero, afirma que «se trata, con diferencia, del principal público emisor andaluz y nacional que viene cada año a nuestra ciudad en vacaciones, ya que muchos de ellos tienen aquí su segunda residencia, lo que dificulta mucho saber el número exacto de cordobeses que nos visitan».

Coronavirus y nueva normalidad en Córdoba | Últimas noticias en directo

En su opinión, para esta población «estar en Fuengirola es como estar en casa. La vinculación de nuestra ciudad con la provincia de Córdoba viene de antiguo». Así, también añade que «agradecemos la fidelidad y les invitamos a venir este verano a sus playas y calles, que serán las mismas que siempre los han acogido, estando perfectamente preparadas para afrontar esta situación sanitaria que vivimos».

Mascarillas, vigilancia y señalética, entre otras iniciativas para mantener la seguridad y la higiene, se han sumado este verano a la típica estampa de arena, mar y sombrillas, y aunque la playa ya registra un elevado número de usuarios, casi todos los hoteles de primera línea permanecen cerrados en Los Boliches, con la previsión de abrir a partir de julio.

En este sentido, distintas fuentes subrayan que se ha producido un descenso acusado de los visitantes respecto a años anteriores y confían en que durante las próximas semanas se anime la actividad.

En el chiringuito Juan Playa, Raúl Moyano, uno de los propietarios, prevé que la del 2020 «no será como otras temporadas, pero nos estamos defendiendo», señala. A pesar de que los fines de semana trabajan «a tope», de lunes a viernes el negocio está «más tranquilo» y «hay menos gente, sobre todo, en las hamacas», precisa este profesional.

De otro lado, en el bar Cosmopolita Tomás Agüera, uno de los socios, comenta que suelen cerrar tres meses al año, pero en este ejercicio las obras realizadas en el establecimiento y el covid-19 les han obligado a permanecer clausurados siete meses y medio. No obstante, se muestra optimista y confía en que la nueva temporada «estará bastante bien», ya que según recuerda próximamente llegarán, además, los visitantes extranjeros.

En cambio, Sergio Núñez, que trabaja limpiando para una subcontrata del Ayuntamiento, asegura desde el paseo marítimo que «aquí el año pasado no se veía la acera, no cabía un alfiler, las playas estaban repletas». Así, lamenta que «mi hermano tiene un negocio y este mes solo ha sacado para pagar, ni un sueldo».

En la misma línea, Miguel Rodríguez, que regenta el comercio Melain, estima que «de lunes a viernes se ve alrededor de un 85% menos de gente, pero el fin de semana sí se pone bien». Consultado por la crisis sanitaria, sostiene que «lo peor está por venir, porque la gente es muy inconsciente. Más de la mitad de las personas vienen sin mascarilla». De hecho, mientras atiende a este periódico tiene que vender una para permitir que una clienta, que afirma que la ha olvidado, pueda entrar en su local.

Por su parte, en Minimarket Mediterráneo Laura Sánchez, hija de Francisco Sánchez, fundador y propietario del establecimiento, recuerda que venden prensa desde hace 39 años y destaca la presencia de cordobeses en la zona, que «vienen buscando el periódico. Si por ellos fuera, tendría que tenerlo todo el año», asegura.

Uno de los interesados es Eduardo Trujillo, profesor jubilado de la Universidad de Córdoba, quien preguntado en Mesón Salvador afirma que veranea en Los Boliches junto a su familia desde hace 25 años y valora que «está muy cerca y es muy tranquilo en esta época».

El propietario del negocio, José Gómez Doncel-Moriano, destaca que este es el segundo establecimiento más antiguo del barrio y que «tengo clientela de Córdoba desde hace 50 años». Sobre la presencia de esta población, puntualiza que antes los cordobeses eran el 90% de los turistas y ahora está mucho más repartido».

Los lucentinos Paco y Paula (padre e hija) juegan en la arena. Foto: SÁNCHEZ MORENO

El público crece

Ya en la arena, los cordobeses consultados indican que en la última semana han percibido un incremento de la cifra de visitantes, que previsiblemente continuará creciendo impulsada por la llegada de las vacaciones.

Los pozoalbenses María Moyano y Jorge Linares comentan que «el fin de semana pasado se guardaba más la distancia de seguridad, pero este ya no lo están haciendo». Así, avanzan que en los próximos días «se espera que esto esté bastante lleno, porque abren los hoteles», y ella explica que «soy enfermera, tengo respeto al covid-19 y no me agrada que la gente no guarde la distancia».

Un poco más adelante, los cordobeses Javier Casado y Lola Serrano, acompañados por 14 familiares, apuntan que «venimos todos los fines de semana» y admiten que «nos gusta la playa por la cercanía con Córdoba y el ambiente». Consultados por los efectos de la pandemia, señalan que «este año hay bastante menos gente, pero vienen muchos cordobeses», confirman. Solo hay que caminar a lo largo de la orilla para constatar la idea.